Mis pupilas me advierten
que puedo morir,
morirme,
por abrir los ojos.
Mi corazón me advierte
que puedo morir
de soplo y resoplo,
de esfuerzo,
por encontrar algún valor honesto
al que agarrarme
y no encontrarlo.
Mi conciencia me advierte
que puedo morir
de un ataque de cobardía
de tanto mirar para
otro lado.
De morir
de un ataque de tristeza
por mirar hacia atrás.
Mi cerebro me advierte
que puedo morir
de un ataque de verdad
si pienso.
Me advierte que diga a todo que sí,
que es más fácil y no duele.
Mis huesos me advierten
que puedo morir de hambre
por no encontrar ninguna verdad
que llevarme a la conciencia.
Mis pulmones me advierten
que llorar les cansa.
Que puedo morir
de impotencia.
Mis intestinos me advierten
que puedo morir
de un colapso de mierda
en la retina o en el alma.
Mis neurotransmisores me advierten
que…
Ver la entrada original 126 palabras más