Hay hombres que no mueren nunca

Resulta desafiante elegir sobre cuál Fidel comenzar a hablar: si el artífice de nuestra segunda independencia, el estratega, el incomparable orador o el líder de un proceso revolucionario que ha suscitado la admiración del Tercer Mundo y el respeto del imperio más prepotente. En este afán, nos vienen a la mente imágenes de sus electrizantes discursos, de sus marchas al frente del pueblo, o de su valentía ante las situaciones adversas.

Prefiero comenzar por el hombre que no negoció nunca sus principios, al que no le arrancaron una sola concesión y cuya dignidad jamás fue mancillada. Referirme al líder que nos enseñó a combatir al enemigo de frente, sin bajar la cabeza, por muy poderoso que fuera; al que no le dio la espalda a los necesitados y al que comprendió, como pocos de su tiempo, que la unidad entre los países subdesarrollados, es la única vía posible para resistir y vencer.

Hay sueños a los que no se renuncia nunca, lo entendía Fidel y lo comprendió este pueblo que se ha sacrificado mucho en su afán de no ceder ante las más crueles presiones. De esa unión dialéctica nacieron proyectos de un profundo humanismo. Salvar vidas, educar, redimir el derecho de los campesinos sin tierra, proteger a los desfavorecidos y afianzar nuestra identidad nacional, fueron componentes esenciales de un proyecto de país genuinamente cubano, que desbordó con creces nuestra frontera.

No faltan quienes aguardan a que en Cuba ocurra un fenómeno que se ha repetido tantas veces en la historia que los enemigos de la Revolución lo asumen como verdad. Esperan que el proceso emancipatorio cubano sucumba ante la ausencia física de su líder histórico. Pero a sus ecuaciones les faltan variables.

Pensar en esto solo reafirma nuestra certeza de que quienes pretenden ver la extinción de nuestro proceso revolucionario, pueden buscar la silla, pueden tender sus camas e incluso cavar sus tumbas para esperar la rendición de un pueblo dispuesto a demostrarle al mundo que hay hombres que no mueren nunca, y Fidel es uno de ellos.

#Cuba Hoy, más que nunca, #Fidel ¡Comandante en Jefe, Ordene!

Tres años se cumplen de que el Comandante en Jefe Fidel Castro emprendió viaje a la eternidad, y en la escalinata de la Universidad de La Habana miles volverán a juntarse, en nombre de millones, para honrarlo, celebrar su vida y dar fe del valor, la fuerza, trascendencia y vitalidad de sus ideas.

A esa Colina Universitaria, testigo de tantas batallas y victorias y donde -lo dijo siempre- se hizo revolucionario, regresarán los agradecidos, mas no será la de este lunes una cita para recordar su ausencia ni lamentar su partida.

En los combates de hoy, frente a ese Norte revuelto y brutal, que solo sabe odiar, saquear, matar, y persiste en intentar aniquilarnos, nuestro invicto líder sigue guiándonos, y en la noche, como siempre, nuestro grito será: ¡Comandante en Jefe, Ordene!, declaró a la ACN Diosvany Acosta Abrahantes, miembro del Buró Nacional de la Unión de Jóvenes Comunistas.

Precisamente, al Fidel antimperialista, a su incansable batallar contra el enemigo número uno de los pueblos, estará dedicada la velada político-cultural que trasmitirá el canal Cubavisión a las ocho y 30 pasado meridiano.

En prosa y en verso, desde la música, la danza, el audiovisual, serán expresados el profundo amor, la gratitud infinita y la solemne promesa de todo un pueblo a ese gigante, de no fallarle jamás, de preservar por siempre esta Cuba libre, independiente y soberana, y luchar hasta la victoria final por un mundo verdaderamente humano, significó.

La velada en la Escalinata devendrá cierre de una jornada no menos combativa y cargada de emociones que alcanzará a Cuba entera, “porque en cada palmo de esta tierra está viva la huella de Fidel y de muchas maneras, en todas partes, será honrado”, afirmó el dirigente juvenil.

En Birán y Santa Ifigenia, en fábricas, hospitales, comunidades rurales y pesqueras, serranías, centros de investigación, escuelas, unidades militares, cooperativas agropecuarias, en cada colectivo laboral y estudiantil incontables serán las ofrendas, expresó Acosta Abrahantes, y mencionó, entre tantas, exposiciones, conversatorios, talleres, coloquios, mítines y galas culturales.

A lo anterior sumó la presentación este lunes por la mañana, en el Centro de Ingeniería Genética y Biotecnología, en la capital cubana, del libro Ni calles ni monumentos. El legado de Fidel, publicado por la editorial Ocean Sur.

Tomado de Cuba por Siempre.