
Tras la muerte hace pocos días de la persona más anciana del mundo, la japonesa Chiyo Miyako de 117 años, el ”título” recayó en una coterránea, Kane Tanaka, de 115. Los japoneses son conocidos por su constancia y estilo de vida equilibrado, dos de las claves para una vida larga y sana.
No es de extrañar entonces que un 12,5 por ciento de su población supere los 75 años o más y otro dos por ciento ya cruzó la curva de los 90.
De hecho, el país del Sol naciente tiene la mayor proporción de centenarios del mundo, con más de 67 mil personas que superan el siglo de vida.
Pero esa cifra significa también un desafío social, político y económico para la tercera potencia mundial, con 127 millones de habitantes.
Cuando las autoridades niponas comenzaron a recopilar estos datos en 1963, el número de ciudadanos con más de un siglo de vida ascendía a 153, cifra que 35 años después, en 1998, superaría por primera vez los 10 mil.
Según el último informe del Ministerio de Sanidad, Trabajo y Bienestar, esa tendencia continuará principalmente por los avances médicos y la concientización de los japoneses sobre los estilos de vida poco saludables.