AP: EEUU utilizó a jóvenes latinoamericanos como agentes para la subversión en Cuba (+ Documentos)

En esta foto del 11 de julio de 2014, estudiantes cubanos salen de la Universidad Central Marta Abreu, en Santa Clara. La USIAD, tratando de convertir a jóvenes cubanos en “agentes de cambio”, envió su proyecto a Santa Clara e hizo conexión con un grupo cultural que se hacía llamar “Revolución”

Descargue el documento obtenido por AP en PDF (1,8 Mb)

Una nueva investigación de la agencia Associated Press publicada este domingo ha revela un programa encubierto del gobierno de Barack Obama, para enviar en a jóvenes latinoamericanos a Cuba con fines de subversión política.

Esto ocurrió después de la captura del contratista Alan Gross, lo que significa que tales programas no se detuvieron a pesar del terremoto político que generó el encarcelamiento de este empleado del gobierno de EEUU.

Utilizando como cobertura la supuesta ayuda a programas de salud, en realidad viajaron a la Isla para propiciar un cambio político, en “una operación clandestina que puso a los extranjeros en peligro”, asegura AP.

Iniciado a principios de octubre de 2009, el proyecto a cargo de la Agencia de EE.UU. para el Desarrollo Internacional (USAID) envió a Cuba a jóvenes de Venezuela, Costa Rica y Perú “con la esperanza de incentivar una rebelión”.

Los viajeros trabajaron de manera encubierta, a menudo haciéndose pasar por turistas, y viajaron alrededor de la isla intentando identificar a personas que podrían convertirse en activistas políticos, añade la agencia.

En un caso, los agentes organizaron un taller de prevención del VIH que, de acuerdo con los memos a los que accedió AP, eran “la excusa perfecta” para los objetivos políticos del programa -una táctica que podría socavar los esfuerzos de Estados Unidos para mejorar la salud a nivel mundial, asegura la agencia.

Pero sus esfuerzos estaban plagados de incompetencia y de riesgo, de acuerdo con la investigación de The Associated Press. Estos agentes recibieron un seminario de 30 minutos para “evadir la inteligencia cubana” y no parecía haber ninguna red de seguridad para estos agentes sin experiencia en caso de que fueran capturados, dice la agencia.

Entre los documentos que obtuvo AP, uno aseguraba: “a pesar de que nunca hay total certeza, puedes tener confianza de que las autoridades no van a tratar de hacerte daño físicamente, sólo te van a asustar… Recuerda que el gobierno cubano prefiere evitar los informes negativos de los medios en el extranjero, por lo que un extranjero golpeado no es conveniente para ellos.”

En total, casi una docena de latinoamericanos fueron utilizados en este programa contra Cuba, por un salario de 5.41 dólares la hora.

La AP demostró que la USAID y su contratista, Creative Associates International, continuaron los programas subversivos contra Cuba, a pesar de que los funcionarios estadounidenses dijeron en privado que habían considerado suspender los viajes a Cuba tras la detención del contratista Alan Gross, quien permanece encarcelado luego de introducir en la Isla tecnología ilegal bajo las órdenes del gobierno de EEUU.

Este es un programa adicional al llamado “Twitter cubano”, conocido como ZunZuneo, puesto en marcha por la USAID en 2009 y descubierto por la AP en abril. El Inspector general de la USAID está investigando ese programa, que terminó en septiembre de 2012.

El costarricense Fernando Murillo era el jefe de una organización de derechos humanos en Costa Rica llamada Fundación Operación Gaya Internacional, y fue contratado por Creative Associates con la misión de convertir jóvenes cubanos en actores políticos efectivos contra el gobierno de la Isla. Se dirigió a Santa Clara, una ciudad ubicada a tres horas de La Habana, donde Murillo se conectó con un grupo cultural que se hacía llamar “Revolución”, una modesta agrupación de artistas que se dedicaban a la música electrónica y la producción de vídeo.
Murillo no llevaba mucho tiempo en el lugar cuando Carlos Pozo, un policía de seguridad estatal cubana, se dio cuenta de su presencia, un hecho que Murillo reportó a Creative Associates, según documentos.
Si la idea era llevar a cabo una serie de seminarios para reclutar a nuevos “voluntarios”, Murillo necesitaba una temática que fuera atractiva tanto a potenciales miembros y que fuera aprobada por el estado cubano.
Eso era, un taller de prevención del VIH podría servir.
Meses más tarde, en noviembre de 2010, el taller atrajo a 60 jóvenes. El agente Pozo también participó -lo que prueba, dijo Murillo entonces, que la fachada del taller estaba funcionando.
El taller supuestamente iba a ofrecer clases de educación sexual a sus asistentes para que supieran como prevenir el contagio del VIH. Por ejemplo, se les iba a enseñar cómo usar apropiadamente un condón.
“Los cubanos expresaron su deseo por informarse y recibir un taller sobre la prevención del VIH y el taller ayudó a satisfacer esas necesidades; dijo USAID en respuesta a preguntas escritas por la AP.
Cuando fue contactado en San José, Costa Rica, Murillo dijo que no podía hablar sobre los detalles de su incursión a Cuba porque había firmado un acuerdo de confidencialidad que le prohíbe divulgar cualquier información. En el informe de seis páginas que Murillo envío a Creative Associates sólo mencionó una vez el taller de prevención del VIH para resaltar que se trataba de la “excusa perfecta en el tratamiento del tema de fondo”.
Manuel Barbosa, uno de los fundadores del grupo de artistas Revolución, dijo en reciente entrevista en Santa Clara que los costarricenses nunca le dijeron que ellos estaban trabajando para USAID. Dijo también que no tenía inclinación alguna en contra del gobierno cubano y que, de hecho, su abuelo era un “mártir de la revolución (cubana)”.

Las autoridades estadounidense afirmaron que la USAID organizó programas “discretos”, como ZunZuneo para aumentar el flujo de información. Pero la investigación anterior de la AP encontró que el ZunZuneo era de naturaleza política y manipuló a los abonados sin saber que el servicio estaba pagado por el gobierno de EE.UU. con objetivos de cambiar el régimen en la Isla

Tanto este programa de agentes viajeros como el ZunZuneo forman parte de un esfuerzo de varios millones de dólares de la USAID para efectuar el cambio en países políticamente incómodos para Washington, y los datos del gobierno así lo demuestran, asegura AP.

Pero los programas examinados por la AP no parecían lograr sus metas y han operado bajo un organismo cuya fachada es la ayuda internacional, pero que en realidad se ocupa también de operaciones clandestinas. La CIA se comprometió recientemente a dejar de utilizar los programas de vacunación para reunir información de inteligencia, como el que ejecutó en Pakistán, supuestamente dirigido contra Osama bin Laden.

El programa de los agentes viajeros comenzó con el gobierno del Presidente Barack Obama, que inició su mandato asegurando un “nuevo comienzo” con Cuba, después de décadas de desconfianza, lo cual plantea interrogantes sobre si la Casa Blanca en realidad tiene una política coherente hacia isla, añade AP.

Sobre la base de documentos y entrevistas, la AP encontró que el programa de los viajeros utilizó tácticas espionaje para ocultar las actividades de los agentes. Por ejemplo tenían códigos para comunicarse: “me duele la cabeza” significaba que sospechaban que estaban siendo monitoreados por las autoridades cubanas; “tu hermana está enferma” era una orden para acortar el viaje.

“Nos las ingeniamos para que el gobierno de aquí no supiera que estábamos viajando a Cuba y ayudando a esos grupos” dijo Yajaira Andrade, una ex funcionaria de una organización venezolana. “Porque fue entonces cuando el Presidente Hugo Chávez estaba en el poder y si él hubiese sabido acerca de nosotros – que algunos venezolanos trabajábamos para provocar rebelión – nos hubiesen llevado a la cárcel.

Para evadir a las autoridades cubanas, los viajeros instalaban contenidos de aspecto inocente en sus computadoras portátiles para ocultar la información sensible que llevaban. También utilizaron memorias flash cifradas para ocultar sus archivos y enviar mensajes de correo electrónico cifrados, un sistema que podría haber despertado sospechas.

Es ilegal en Cuba, como en el resto del mundo -incluido EEUU- operar bajo la orden de programas para un cambio de régimen pagados desde el extranjero. Sin embargo, se mantuvo y los contratos se firmaron días después de la detención de Gross.

“Arrestaron a un contratista de otra agencia. Eso podría ser peligroso”, decía un mensaje por Skype que se intercambiaron dos trabajadores del proyecto. “Gracias a Dios que él no es de los nuestros.”

Los documentos muestran que Creative Associates aprobó que los agentes viajeros llevaran dinero en efectivo para los contactos cubanos, pero no podían decir que los fondos provenían del gobierno de los EE.UU..

Héctor Baranda quien era un estudiante universitario en Cuba cuando se hizo amigo de un grupo de viajeros venezolanos, dijo que le sorprendió escuchar de la AP que ellos trabajaban para el gobierno de Estados Unidos y que habían hecho un perfil de Baranda.

“¿Cómo te sentirías si ofreces tu amistad sincera y recibes este tipo de noticia?” preguntó Baranda.

El proyecto de agentes viajeros a Cuba fue financiado con el mismo dinero federal que pagó por el programa ZunZuneo. Pero USAID aún tiene pendiente darle a AP una copia completa de los contratos cubanos bajo la Ley de Libertad de Información que se introdujo hace más de tres meses atrás.

“Propiciar una rebelión”

Mientras Murillo y otros viajeros costarricenses se centraron en montar el taller de prevención de VIH y otros programas, los jóvenes viajeros venezolanos y peruanos fueron enviados a las universidades de Cuba. Su misión, según documentos y entrevistas, era reclutar a estudiantes con el objetivo a largo plazo de que se volvieran en contra de su gobierno.

A finales de 2009, Creative Associates contrató a la abogada venezolana Zaimar Castillo, que entonces tenía 22 años, y que dirigía una organización llamada Renova. Castillo declinó hacer cualquier comentario pero la administradora pasada de la organización, Yajaira Andrade, dijo que ella y otras fueron llevadas a San José, Costa Rica, para recibir cursos de entrenamiento.

“Nos dieron una semana de cursos para decirnos que era lo que íbamos a hacer, y cómo lo íbamos a hacer”, dijo Andrade, que se autodenominaba como la “mamá” de las jóvenes activistas.

Crearon una cuenta bancaria en Panamá, un paraíso para la banca anónima, para que la organización recibiera su pago en dólares.

El 24 de abril, tres trabajadores de Renova aterrizaron en La Habana para una visita prevista para un mes. La historia que les iba a servir de “fachada”, según un documento interno, era que viajaron a la isla a visitar a amigos que tenían en Cuba.

“Es fundamental que ellas no se obsesionen”, dijo en tono de advertencia un gerente de Creative Associates en una conversación en Skype. “De lo contrario, en el terreno se van a paralizar… o se van a traicionar entre ellas… y ambas cosas serían fatales”.

Los venezolanos visitaron las residencias estudiantiles en el campus de una universidad en Santa Clara y viajaron los fines de semana a conocer a las familias de los estudiantes. Otro grupo de jóvenes peruanos, independiente de éste, fue enviado a esa universidad en Santa Clara.

En una bitácora de viaje que se lee como un informe de inteligencia, los venezolanos describieron a los alumnos y las instalaciones del campus con mucho detalle y tomaron nota de sus quejas y presuntos problemas de equidad que podrían ser utilizados. Los estudiantes que podrían reclutarse fueron listados por nombre, luego se les elaboró un perfil y sus cualidades como líderes se evaluaron en una hoja de Excel.

Luego, el reporte pasó a describir la cultura política de la universidad, enumeró el rol de la Juventud Comunista, que buscaba a los mejores y más brillantes para nombrarlos en cargos en el Partido Comunista después de graduados. Las quejas de los alumnos también fueron detalladas: mala comida, servicio de agua y electricidad intermitentes, goteras en los techos. Los estudiantes temían al estado, de acuerdo con la bitácora, no estaban satisfechos con su realidad económica, pero igualmente no querían involucrarse en acciones contra su gobierno.

El hecho de que los estudiantes constantemente criticaran al gobierno, dice uno de los informes, “nos asegura tener beneficiarios con la mente clara en cuanto a los objetivos que perseguimos”.

Después de visitar dos universidades en dos ciudades, los consultores venezolanos identificaron a un “grupo-meta (grupo objetivo)” que estaría opuesto al gobierno y que tenía habilidades organizativas, pues organizaron actividades como un campamento y un “festival universitario”, según muestran documentos.

“Ellos estaban haciendo su grupo, y había un grupo de 30 personas, hubo un grupo de científicos jóvenes, de universidad, para dar la rebelión contra el gobierno”, dijo Yahaira Andrade, la administradora de Renova.

No hay evidencia de si los objetivos políticos se realizaron. De hecho, los estudiantes cubanos contactados dijeron en entrevistas realizadas recientemente con la AP que se sorprendieron al descubrir que sus amigos extranjeros estaban actuando en representación del gobierno de Estados Unidos.

“Eran nuestros amigos”, dijo el cubano Héctor Baranda, quien encabezaba la lista de los posibles rebeldes que habían hecho los venezolanos.

Baranda cree que el grupo de venezolanos confundió el quejarse del estado de las cosas, típica del pueblo cubano, con el asumir tendencias disidentes. “El cubano siempre dice ‘ahhh’ siendo grandes o pequeños (los problemas)”, dijo Baranda.

Los cubanos se dan cuenta

Cuba considera subversivas todas las actividades de promoción del cambio de régimen por parte de USAID, castigables hasta con diez años de prisión. Para los viajeros era una actividad peligrosa.

Con el tiempo, Creative Associates ajustó su estrategia de seguridad: abandonó el uso de discos portátiles de memoria cifrados con la palabra obviamente reveladoras como “Ironkey”, que constituía casi una confesión para los agentes de seguridad del aeropuerto. Se alentó a los viajeros a archivar en sus computadoras portátiles fotos e información personal para ocultar el material de la misión.

En caso de un arresto, el nombre de Creative Associates no se mencionaría, decía un reporte, y los jóvenes viajeros debían contactar a la embajada de su país en Cuba.

Si los interrogaban, Creative Associates aconsejó a los viajeros que se mantuvieran relajados. Debían recordar que “nada de lo que usted ha hecho durante su viaje es ilegal, de ninguna manera, en ninguna sociedad democrática y abierta. De esa manera, logrará mantener una apariencia calmada durante el interrogatorio”.

Pero a pesar de esfuerzos por ocultar sus intenciones, para finales del 2010 había señales de que las autoridades cubanas estaban dándose cuenta de lo que ocurría.

Un oficial de seguridad le preguntó a Murillo, el costarricense, sobre el origen del financiamiento del proyecto. Creative Associates concluyó que el interrogatorio “no deja duda sobre el interés que generaron en la policía estatal”.

Peor aún, un informe de seguridad de diciembre sugirió que las autoridades cubanas se habían dado cuenta que Estados Unidos estaba usando a jóvenes en vez de a los miembros conocidos de la oposición que ya son mayores.

Cuando un cubano preguntó a uno de los viajeros por qué estaba interesado en su país, el joven le respondió que su organización trabajaba en muchos países.

“Por supuesto, esto no es exacto”, indicó un informe. Si las autoridades cubanas verificaban los hechos, habrían conocido que era una mentira.

El tres de septiembre de 2010, Irving Pérez, un gerente de Creative Associates, convocó a una reunión por Skype para anunciar un cambio de estrategia.

“Nuestro programa no va a impulsar más viajes a la isla, o al menos no como columna vertebral de la operación”, dijo Pérez a los viajeros en la charla por Skype. Varias de las asignaciones de fondos se eliminarían, entre ellas la de los venezolanos.

En vez de viajar a Cuba, ellos tratarían de ayudar a ciertos “contactos estrella” cubanos a que recibieran una visa de salida y capacitarlos en otro país. Los “beneficiarios” cubanos que quedaban en la isla recibirían pagos en efectivo para financiar las actividades de reclutamiento. Subcontratistas de Creative Associates llevarían el dinero a la isla usando “mulas”, término adoptado del narcotráfico.

Ellos “tratarían de manejar el proyecto a control remoto”, explicó Pérez.

Pero esa estrategia tenía sus peligros.

Un ataque al corazón

Durante un mes, Pérez le había estado pidiendo un informe a un par de estudiantes universitarios cubanos, pues estaba ansioso por presentar sus documentos a USAID.

Los alumnos estaban usando el sistema de correo electrónico cifrado Hushmail, lo que pudo haber sido una señal de alerta para las autoridades cubanas.

“Tenemos razones para creer que han estado bajo fuertes presiones de las autoridades universitarias”, dice un informe de Creative Associates. “No se recomienda en este momento que se trate de contactarlos nuevamente”.

La asignación de fondos a los costarricenses se acabó con el tercer viaje de Murillo a la isla en junio de 2011. Creative Associates quería que Murillo entregara dinero, compilar reportes y ayudar a solicitar las visas de salida. A los jefes del proyecto en San José les preocupaba que Murillo fuera indiscreto. “¿Por qué no usan Hushmail?”, se lamentó uno.

Para entregar el dinero, los contratistas discutieron la posibilidad de enviarlo con familiares de Murillo. Uno de los gerentes del proyecto en San José escribió: “hay que recordar que la ‘mula’ no sabe exactamente para qué es ese dinero ni de dónde proviene”.

Al final, la “mula” era un amigo de infancia de Murillo, quien contó su experiencia a la AP en una entrevista con la condición de no ser identificado. El amigo, quien vive en San José, dijo que su asociación con la agenda política de USAID en Cuba podía poner en peligro su empleo.

Explicó que su capacitación de seguridad la hizo por Skype y demoró media hora. “Se me aclara que tengo que tener cuidado porque el dinero que llevamos es gringo”, dijo.

Después de llegar a La Habana, Murillo y su amigo viajaron a Santa Clara a reunirse con el grupo artístico “Revolución”. Uno de los integrantes, no Barbosa, les dijo que le entregaran el dinero que llevaban, dijo.

“Nos amenazó directamente con que si no le dábamos el dinero iba a las autoridades a denunciarnos”.

Murillo declinó comentar al respecto.

Preocupados, los viajeros se apresuraron a regresar a La Habana, e invocando uno de los códigos de seguridad desde un hotel, abandonaron el proyecto. El amigo estaba aterrorizado.

Todos los documentos del programa se pueden descargar aquí

(Tomado de Cubadebate)

Un intercambio de presos para pacificar las relaciones entre Cuba y Estados Unidos

Alan Gross, agente estadounidense, cumple una pena de prisión de 15 años en Cuba desde 2009. Por otro lado, tres agentes cubanos están encarcelados en Estados Unidos desde 1998. Existe la posibilidad de un intercambio de presos y el caso de Gerardo Hernández, uno de los tres cubanos, condenado a dos cadenas perpetuas, se prestaría particularmente a un acuerdo humanitario. He aquí las razones en 25 puntos.

1. Durante los años 1990, tras el desmoronamiento de la Unión Soviética, el sector radical del exilio cubano basado en Florida multiplicó los atentados contra Cuba, particularmente contra la industria turística –sector vital para la frágil economía cubana- Esos atentados con bombas causaron decenas de víctimas. Ante la impunidad de la que gozaban esos grupúsculos violentos por parte de las autoridades estadounidenses, el Gobierno de La Habana decidió mandar a varios agentes a Estados Unidos para que se infiltraran en esas organizaciones criminales e impidieran la realización de actos potencialmente mortíferos.

2. En junio de 1998, tras reunir las pruebas relativas a las actividades terroristas de 64 exilados de Florida, el Gobierno cubano invitó a La Habana a dos oficiales del FBI para entregarles el informe. En vez de arrestar a los responsables de los actos criminales, el FBI decidió arrestar a los cinco agentes de los servicios de inteligencia infiltrados. Se trata de René González Sehweret, Ramón Labañino Salazar, Fernando González Llort, Antonio Guerrero Rodríguez y Gerardo Hernández Nordelo.

3. Tras un juicio denunciado por muchas instituciones jurídicas por sus numerosas irregularidades, los cinco cubanos ganaron la primera apelación en la Corte de Atlanta. El Tribunal estimó que no tuvieron un juicio justo. Pero el Gobierno de Estados Unidos, a su vez, apeló esa decisión y finalmente los cinco fueron condenados en total a cuatro cadenas perpetuas más 77 años.El 13 de octubre de 2009 el Tribunal de Florida, obligado por la Corte de Apelación de Atlanta a modificar las sentencias de tres de los cinco detenidos, hizo públicas las nuevas condenas. Así, la pena de Antonio Guerrero pasó de cadena perpetua y 10 años a 21 años más 5 años de libertad supervisada. El 8 de diciembre de 2009 la condena de Fernando González pasó de 19 años a 17 años y 9 meses. En cuanto a Ramón Labañino, se rebajó su condena a una cadena perpetua más de 18 años a 30 años de prisión. Fernando González y René González salieron de prisión tras cumplir sus condenas.

4. Gerardo Hernández fue condenado a dos cadenas perpetuas más 15 años por conspiración para cometer un cuádruple asesinato. Se le acusa de estar directamente involucrado en el incidente del 24 de febrero de 1996. Ese día dos avionetas en las que se encontraban cuatro pilotos de la organización terrorista Brothers to the Rescue (BTTR), basada en la Florida, fueron derribados por las fuerzas aéreas cubanas tras violar 25 veces el espacio aéreo cubano en 20 meses.

5. José Basulto, presidente de BTTR, es un antiguo agente de la CIA que participó en la invasión de la Bahía de Cochinos. Está gravemente implicado en el terrorismo contra Cuba. Basulto admitió públicamente en una entrevista televisiva en un canal de Miami haber participado en varios atentados contra Cuba, incluso en el ataque de hotel con bazuca en agosto de 1962.

6. BTTR se fundó en 1991 para auxiliar a los cubanos que intentaban alcanzar la Florida en balsas. En 1994, Washington y La Habana firmaron acuerdos migratorios que permiten otorgar 20.000 visas al año a los cubanos que desean emigrar. Esos acuerdos estipulan también que todo candidato a la emigración encontrado en pleno mar sería automáticamente devuelto a Cuba. A partir de esa fecha, BTTR perdió su razón de ser y empezó entonces a organizar incursiones en el espacio aéreo cubano.

7. Una cronología de los hechos permite entender los principales elementos de esta historia. Durante los meses anteriores al grave incidente del 24 de febrero, las autoridades cubanas advirtieron varias veces a Estados Unidos mediante notas diplomáticas y canales no oficiales de que las reiteradas violaciones de su espacio aéreo constituía una amenaza para la seguridad nacional y que las avionetas corrían el riesgo de ser derribadas. Washington decidió ignorar esas advertencias.

8. Varias veces, las avionetas de BTTR provocaron a las fuerzas armadas cubanas en el espacio aéreo nacional e ignoraron las advertencias sobre el riesgo de ser derribadas. Además de sus incursiones en la capital, BTTR creaba interferencias entre la torre de control de La Habana y los aviones comerciales que despegaban y aterrizaban en el aeropuerto internacional José Martí, poniendo en peligro la vida de miles de pasajeros cubanos y turistas extranjeros.

9. El 13 de julio de 1995, BTTR sobrevoló el centro de la ciudad de La Habana y lanzó 20.000 folletos, incitando a la población a sublevarse contra el Gobierno.

10. Ese mismo día, las autoridades cubanas transmitieron un correo a la Administración Federal de Aviación de Estados Unidos enfatizando el carácter ilegal de las incursiones en el espacio aéreo nacional y las “graves consecuencias” que semejantes actos podían ocasionar si se repitieran, aludiendo a la posibilidad de una respuesta militar.

11. El Gobierno de Estados Unidos, en vez de tomar las medidas necesarias para impedir esas graves violaciones del Derecho Internacional, dio todo el margen necesario para que BTTR multiplicara sus incursiones, a pesar de que rellenó varias veces falsos planes de vuelo que entregó a la Administración Federal de Aviación.

12. Gerardo Hernández no participó en ningún momento en las violaciones del espacio aéreo cubano ni incitó a los miembros de BTTR a que cometieran esos actos ilegales y peligrosos. Gerardo Hernández no disponía del nivel jerárquico necesario en BTTR para impedir esos vuelos. Todo se encontraba bajo el control de José Basulto.

13. El Departamento de Estado emitió varias declaraciones alertando a BTTR de que sus avionetas corrían el riesgo de ser derribadas si persistían en violar el espacio aéreo cubano.

14. En enero de 1996, BTTR lanzó 500.000 folletos sobre La Habana incitando a la población a rebelarse contra el Gobierno. El 15 de enero de 1996, Cuba exigió otra vez que Estados Unidos pusiera fin a las repetidas violaciones de su espacio aéreo.

15. Tras las violaciones del espacio aéreo nacional en enero de 1996, Cuba advirtió a Washington de que en caso de nuevos vuelos las avionetas serían derribadas. La Habana reiteró esas advertencias a todas las personalidades que visitaron la isla entre el 15 de enero de enero y el 23 de febrero de 1996.

16. El 22 de enero de 1996, el Departamento de Estado alertó a la Agencia Federal de Aviación: “Uno de esos días, los cubanos derribarán una de esas avionetas”. José Basulto declaró repetidas veces en los medios informativos que era consciente del peligro.

17. En febrero de 1996, las autoridades cubanas enviaron un mensaje a sus agentes en Miami indicándoles que de ninguna manera debían participar en los vuelos de BTTR.

18. El 23 de febrero de 1996, la Agencia Federal de Aviación transmitió una “alerta Cuba” a varias agencias indicando que BTTR había previsto una nueva incursión en el espacio aéreo cubano para el día siguiente. “El Departamento de Estado indicó que sería poco probable que el Gobierno cubano se quedara cruzado de brazos esta vez”.

19. El 24 de febrero de 1996, el Gobierno de Estados Unidos advirtió a las autoridades cubanas de que tres avionetas de BTTR acababan de despegar de Miami y que era posible que entraran en el espacio aéreo cubano.

20. Tras varias advertencias, las fuerzas armadas cubanas derribaron dos de las tres avionetas en el espacio aéreo cubano, lo que constituye un acto de autodefensa según el Derecho Internacional. Ningún país del mundo –aún menos Estados Unidos– habría esperado a la violación número 26 de su espacio aéreo por una organización, que lanzaba llamados a la sublevación, para tomar semejante medida.

21. No obstante, Estados Unidos afirma que, según sus datos satelitales, las dos avionetas fueron derribadas en la zona internacional, lo que constituiría un crimen del que se acusa a Gerardo Hernández. La publicación de los datos satelitales permitiría levantar toda ambigüedad al respecto. Ahora bien, desde 1996, Washington se niega a publicar esas informaciones por cuestiones de “seguridad nacional”, a pesar de que los abogados de Gerardo Hernández lo han pedido reiteradamente.

22. En ningún momento Hernández estuvo implicado en la decisión de derribar las avionetas que tomaron las autoridades cubanas al más alto nivel.

23. Para condenar a Gerardo Hernández, la fiscalía debía demostrar que existía un proyecto ilegal de derribar las avionetas de BTTR en el espacio aéreo internacional, que Hernández tenía un conocimiento preciso de este proyecto ilegal y que brindó su apoyo a semejante acción. La fiscalía no pudo presentar la menor prueba que demostrase la implicación de Gerardo Hernández en ese incidente. Mejor aún, el fiscal reconoció que “a la luz de las pruebas presentadas en el juicio, esto [probar la implicación de Hernández] constituye un obstáculo insuperable para Estados Unidos”.

24. La jueza Phyllis A. Kravitch, de la Corte de Apelación de Atlanta, expresó su punto de vista sobre el caso de Gerardo Hernández: “No es suficiente que el Gobierno simplemente muestre que ocurrió un derribo en el espacio aéreo internacional, el Gobierno debe probar más allá de toda duda razonable que Hernández estuvo de acuerdo con un derribo en el espacio aéreo internacional. […] El Gobierno no presentó prueba alguna, ni directa ni circunstancial, de que Hernández estuviera de acuerdo con un derribo en el espacio aéreo internacional. En cambio los indicios apuntan hacia una confrontación en el espacio aéreo cubano, lo que niega el requisito de que estuviera de acuerdo en cometer un acto ilícito”.

25. Por todas esas razones, Barack Obama debe usar sus prerrogativas como Presidente de Estados Unidos e indultar a los tres agentes cubanos que aún quedan en prisión. Ello tendría como efecto inmediato conseguir la liberación de Alan Gross y de este modo pacificar las relaciones entre Washington y La Habana.

*Doctor en Estudios Ibéricos y Latinoamericanos de la Universidad Paris Sorbonne-Paris IV, Salim Lamrani es profesor titular de la Universidad de La Reunión y periodista, especialista de las relaciones entre Cuba y Estados Unidos. Su último libro se titula Cuba. Les médias face au défi de l’impartialité, Paris, Editions Estrella, 2013, con un prólogo de Eduardo Galeano.

(Tomado de La Pupila Insomne)

ONG pide que Estados Unidos negocie con Cuba por Alan Gross

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“Estados Unidos debería negociar directamente con Cuba la liberación del subcontratista norteamericano Alan Gross, y tratar la situación de los tres agentes cubanos detenidos en cárceles estadounidenses”, dijo la influyente organización no gubernamental Washington Office on Latin America (WOLA).

En una nota, WOLA pidió que Washington “dé todos los pasos disponibles para asegurar la liberación de Gross”, incluyendo “el nombramiento de un enviado de alto nivel con poderes para iniciar discusiones con el gobierno de Cuba”.

En esas discusiones, Estados Unidos debe “reconocer los aspectos que interesan al gobierno de Cuba en cualquier negociación, incluido el caso de tres agentes cubanos de inteligencia que se encuentran en cárceles estadounidenses”, según la organización.

WOLA pidió además al gobierno en Washington que “adopte pasos para mejorar el ambiente de negociaciones reduciendo las tensiones generalizadas en las relaciones entre Cuba y Estados Unidos”.

Gross, subcontratado de la Agencia Estadounidense de Ayuda al Desarrollo (USAID), fue arrestado en diciembre de 2009 cuando distribuía en Cuba sofisticados equipos de telecomunicaciones no comerciales y de uso restringido.

Desde entonces, el gobierno cubano ha expresado su interés en mantener negociaciones de alto nivel con Washington para tratar su situación, relacionada con el caso de Los Cinco, de los cuales aún tres (Ramón Labañino, Gerardo Herández y Antonio Guerrero) cumplen injustas condenas en Estados Unidos.

Recientemente, el abogado de Gross, Scott Gilbert, sostuvo en La Habana una reunión de dos horas con el canciller Bruno Rodríguez, quien le habría expresado la disposición de su gobierno a dialogar con Washington sobre su caso, según el equipo de defensores.

(Tomado de CubaSí)