Mientras las fuerzas represivas en Ecuador se enfrentaban al pueblo que se manifestaba contra las medidas neoliberales del gobierno de Lenín Moreno, mientras los cuerpos de seguridad asesinaban, torturaban y secuestraban a los participantes en la protesta, la televisión ecuatoriana transmitía muñequitos de Bob Esponja. Todo intento por presentar la verdad era censurado.
Grupos violentos aparentemente desorganizados y espontáneos actuaban. Su objetivo: sembrar el caos, criminalizar las protestas y justificar la acción homicida de las fuerzas de seguridad.
En Chile el pueblo luego del letargo cultivado con esmero por los medios de comunicación y abonado por años de terror, despertaba. Los hijos de Lautaro, Caupolicán y Allende desafiaban a las fuerzas de seguridad. El 14 de octubre de 2019, los estudiantes secundarios y universitarios se organizaron para evadir masivamente el pasaje del metro de Santiago. La razón, una protesta al alza en el valor del pasaje, pero era solo el inicio, era apenas una chispa. Ante la verdadera situación de desigualdad creada por el neoliberalismo en ese país, la protesta se radicalizó y se generalizó.