Venezuela es víctima de una guerra no declarada

El Foro Internacional “Conjura mediática contra Venezuela” sesionó en Caracas este jueves y viernes, con la participación de un grupo de intelectuales e investigadores de la comunicación proveniente de 8 países de América Latina y Europa

La conjura de los medios de difusión masiva, como instrumentos para la injerencia y la guerra subversiva de Estados Unidos contra el gobierno legítimo de Nicolás Maduro y el pueblo venezolano forma parte de una dominación de espectro completo.

Como parte de una guerra de ocupación integral de los países de Nuestra América, la intervención estadunidense en curso en Venezuela responde a nuevas concepciones del Pentágono sobre la definición de enemigos (lo que incluye guerras contra no-Estados o contra enemigos asimétricos, no convencionales o irregulares, verbigracia, el terrorista, el populista radical, el traficante de drogas), que podrían actuar en Estados fallidos o ser patrocinados por Estados delincuentes según la siempre arrogante terminología utilizada por el hegemón del sistema capitalista mundial. Lo que ha derivado en las guerras asimétricas de nuestros días, que no se circunscriben a las reglas establecidas en los códigos internacionales y evaden las restricciones fronterizas de los Estados.[1]

La continuada intentona estadounidense para la ocupación integral de Venezuela, vía el golpe de Estado, la desestabilización económica, el desabastecimiento de productos de primera necesidad (entre ellos alimentos y medicinas), la generación del caos y una violencia fratricida, el magnicidio, el secesionismo, el paramilitarismo, el mercenarismo y el terrorismo mediático, forma parte de una “dominación de espectro completo”, noción diseñada por el Pentágono antes del 11 de septiembre de 2001,[2] que abarca una política combinada donde lo militar, lo político, lo económico, lo mediático y lo cultural tienen objetivos comunes y complementarios.

Dado que el espectro es geográfico, espacial, social y cultural, para imponer la dominación se necesita manufacturar el consentimiento. Esto es, colocar en la sociedad sentidos “comunes”, que de tanto repetirse se incorporan al imaginario colectivo e introducen, como única, la visión del mundo del poder hegemónico. Eso implica la formación y manipulación de una “opinión pública” legitimadora del modelo. Ergo, masas conformistas que acepten de manera acrítica y pasiva a la autoridad y la jerarquía social, para el mantenimiento y la reproducción del orden establecido.

Como plantea Noam Chomsky, para la fabricación del consenso resultan clave las imágenes y la narrativa de los medios de difusión masiva, con sus mitos, medias verdades, mentiras y falsedades.[3] Apelando a la sicología y otras herramientas, a través de los medios se construye la imagen del poder (con su lógica de aplastamiento de las cosmovisiones, la memoria histórica y las utopías), y se imponen a la sociedad la cultura del miedo y la cultura de la delación. O de otra manera, la fabricación social del miedo, que incluye la manufacturización de enemigos internos. Verbigracia, Hugo Chávez y Nicolás Maduro, aquí en Venezuela, Evo Morales en Bolivia, Andrés Manuel López Obrador y el EZLN en México.

La fabricación de imaginarios colectivos busca, además, facilitar la intervención-ocupación de Washington con base en el socorrido discurso propagandístico de la “seguridad nacional” estadounidense y/o la “seguridad hemisférica” y otras argucias como la mentada democracia y la defensa de los derechos humanos. Debido a que desde hace más de medio siglo los sucesivos inquilinos de la Casa Blanca se abrogan el derecho de intervenir en cualquier parte del mundo, para justificar la extraterritorialidad de sus operaciones de contrainsurgencia, los actuales estrategas del Pentágono utilizan una entelequia jurídica denominada “nación huésped”, cuyo gobierno “invita” a Estados Unidos a intervenir en su territorio en contra de su propio pueblo. Verbigracia, para citar un caso cercano, el México de Felipe Calderón. O fabrica, financia y arma a una disidencia interna, para que a través de una violencia caótica planificada, sectores de la llamada “sociedad civil” llamen a una intervención, como ocurre en Venezuela y Cuba.

Pero debido a que la nueva modalidad guerrera del Pentágono es contra “enemigos irregulares” o “asimétricos”, no contra ejércitos profesionales, los manuales del Pentágono incluyen una serie de aspectos y tareas “no militares” que debe incluir la contrainsurgencia en su fase actual. Entre ellos, materias complejas como la gobernanza, el desarrollo económico, la administración pública y el imperio de la ley, todo lo cual se combina con las formas más conocidas de la “guerra interna”, es decir, las acciones militares directas o encubiertas, la guerra psicológica, la guerra sucia, la acción cívica, el control de población, el paramilitarismo, el mercenarismo y el uso de la economía, de los medios de difusión masiva y las redes de Internet como armas de guerra.

Otros aspectos clave de esa guerra integral son las labores de inteligencia y el análisis y aprendizaje de la sociedad, su forma de gobierno, las fuerzas coercitivas del Estado, las instituciones, los grupos étnicos en el país, la cultura, el lenguaje, las percepciones, valores, redes, creencias de la población, para lo cual se recurre a expertos en antropología, economía y ciencias políticas, quienes juegan un papel importante en lo que técnicamente se conoce como “Preparación de Inteligencia del Campo de Batalla”.

Todo ello busca conocer el apoyo o tolerancia de la población hacia un gobernante, dirigente político o grupo guerrillero, sus capacidades y vulnerabilidades, sus tácticas y estrategias y sus formas de organización. Cada dirigente es motivo de un escrutinio detallado, que incluye su historia personal, trayectoria, creencias, ideología, temperamento, educación y un largo etcétera.

Para recabar información se utilizan todos los tipos de inteligencia: humana (que incluye la obtención de datos de políticos, empresarios, militares, policías, contratistas, académicos, periodistas y altos funcionarios del gobierno pelele o a desestabilizar); la inteligencia militar; el interrogatorio a detenidos y desertores, muchas veces a través de la tortura; la escucha telefónica y el espionaje de las redes de Internet, como quedó evidenciado con las revelaciones de Edward Snowden en torno al papel de la Agencia Nacional de Seguridad (NSA), a lo que se suman las formas rutinarias de obtención de información, vía el reconocimiento y la vigilancia, sensores, cámaras, inteligencia espacial, análisis de archivos de propiedad, financieros, del contenido de celulares y computadoras.

Mencionábamos antes la importancia que el Pentágono da a la lucha ideológica en el campo de la información y al papel de los medios de difusión masiva como arma estratégica y política. En ese contexto es clave la fabricación de una determinada percepción de la población, que como nos decía ayer Luis Britto, pasa aquí en Venezuela por generar una sensación de inseguridad que no obedece a la realidad concreta y, otro tema sensible, el desabastecimiento, de lo cual se acusa al gobierno, cuando es provocada por quienes siguen controlando la economía, en particular, en las áreas de la alimentación y otros productos básicos.

Como señala un manual reciente del Pentágono, “las guerras modernas tienen lugar en espacios más allá de simplemente los elementos físicos del campo de batalla. Uno de los más importantes son los medios, en los cuales (…) la ‘batalla de la narrativa’ ocurrirá. Nuestros enemigos han reconocido que la percepción es tan importante para su éxito como el evento mismo (…) Al final del día, la percepción de qué ocurrió importa más, que lo que pasó realmente. Dominar la narrativa de cualquier operación, ya sea militar o de otro tipo, paga enormes dividendos. Fracasos en el terreno, mina el apoyo para nuestras políticas y operaciones, y actualmente pueden dañar la reputación del país y su posición en el mundo”.

La anterior tiene que ver con la información, con los medios, los periodistas y las redes virtuales. Al respecto, las redes sociales son otro campo de batalla, que como decían ayer William Castillo y Rosa Miriam Elizalde, son también objetivos de la guerra cibernética del Pentágono; cada internauta, millones de ciudadanos de a pie en el mundo entero, son hoy un blanco fácil de los drones, los dispositivos satelitales y toda la red de vigilancia, mentira y muerte desplegada por Washington y sus aliados de la OTAN. Es decir, a la conjura mediática se suma la guerra cibernética, que incluye las nuevas tecnologías, en la coyuntura la telefonía, para la difusión de contenidos, imágenes trucadas y noticias falsas.

Decía el Gabo García Márquez que el periodismo es el mejor oficio del mundo. Incluso, tenía la certidumbre de que el periodismo escrito es un género literario. En particular, el reportaje, que requiere más tiempo, más investigación, más reflexión y un dominio certero del arte de escribir. Afirmaba que en realidad el reportaje “es la reconstitución minuciosa y verídica del hecho”. Es decir, “noticia completa, tal como sucedió en la realidad, para que el lector la conozca como si hubiera estado en el lugar de los hechos”.[4]

En su tiempo, como en el mío y el de muchos periodistas y comunicadores aquí presente, no existían escuelas de periodismo. Éramos autodidactas que nos formábamos en la “fábrica” de la redacción y vivíamos con pasión insaciable el oficio de escribir noticias; como decía el Gabo, “nadie que no lo haya vivido puede concebir siquiera lo que es el pálpito sobrenatural de la noticia”. Pero todo eso ha cambiado. La noticia se ha convertido en una mercancía y la profesión se ha deshumanizado.

De cara a la conjura mundial de los medios de difusión masiva contra Venezuela, conviene recordar algunas normas y principios básicos del ejercicio periodístico. Máxime en momentos como la actual coyuntura, cuando la guerra mediática y cibernética impulsada por Washington contra el gobierno de Nicolás Maduro ha alejado a la información de criterios como la libertad de expresión y la independencia periodística, y se maneja como propaganda; como propaganda de guerra con total desprecio por la deontología informativa, en particular, en lo que tiene que ver con la honestidad intelectual y la objetividad de los periodistas y propietarios de medios.

Como decía el Informe MacBride de 1980, “la libertad de expresión carente de responsabilidad es un paso a la distorsión de la realidad”.[5] Cabe recordar que en 1983, al aprobar los Principios internacionales de la ética profesional del periodismo, la UNESCO reivindicó el derecho del pueblo a recibir una información verídica; a recibir una imagen objetiva de la realidad por medio de una información precisa y completa. En tanto mecanismos de percepción del mundo exterior al individuo (McLuhan) y constructores de la realidad social (Berger y Luhmann), los medios tienen como cometido servir a la sociedad con responsabilidad; servir a toda la ciudadanía. Asimismo, la UNESCO estableció el derecho del pueblo de expresarse libremente a través de los diversos medios de difusión de la cultura y la comunicación.

Otro elemento clave establecido por la UNESCO tenía que ver con la responsabilidad social del periodista frente a los que dominan los medios de comunicación y el gran público, siempre tomando en cuenta la diversidad de los intereses sociales y los valores universales del humanismo. Ergo, el periodista nunca debe hacer apología del terrorismo o estar a favor de la guerra fratricida, una carrera armamentística o instigar al magnicidio.

Por otra parte, y a diferencia de otras profesiones, el periodista tiene un compromiso ético que cumplir y también la responsabilidad y satisfacción de contribuir a la eliminación de la ignorancia, y de promover la igualdad entre todos los pueblos e individuos sin distinción de raza, sexo, religión.

En definitiva, el tratamiento ético de la información por el periodista exige que sus destinatarios sean considerados como personas y no como masa.

Se parte de la base de que las noticias deben difundirse respetando el principio de veracidad y exponerse con imparcialidad y exactitud, presentando los hechos y que el lector saque sus opiniones. Dada su labor social, la obligación ética del profesional del periodismo es satisfacer el derecho de la sociedad a recibir la mayor cantidad y calidad de información. Para ello, la información debe sustentarse en fuentes creíbles y confiables, evitando la difusión de rumores falsos propios de la guerra psicológica y las acciones encubiertas, pero también la distorsión maliciosa, la difamación, la injuria, la calumnia, el libelo, las acusaciones infundadas.

Huelga recordar que ni los propietarios, ni los editores, ni los periodistas deben considerarse dueños de la información. En rigor, los medios de comunicación realizan −o deberían realizar, tratándose de países como Venezuela− una labor de mediación y de prestación del servicio de información, y sus derechos están en función de los destinatarios, es decir, de los ciudadanos.

Sin embargo, el periodismo se ejerce hoy dentro de unos medios que tienen una estructura empresarial y que en la actual fase de globalización neoliberal se han venido conformando como poderosos multimedias que cuentan con una estructura oligopólica de carácter y proyección transnacional. Esa tendencia a la concentración, la comercialización y a la transnacionalización de los medios, los hace formar parte del actual entramado económico regido por el dios mercado, en el que el poder financiero impone sus dictados.

Esos medios y sus obedientes sucursales locales se han venido configurando como una “industria del engaño” presidida por la mentira, según la expresión utilizada por el veterano periodista cubano Ernesto Vera, y mediante la desinformación y el terrorismo mediático pretenden arrancar el alma latinoamericana y bolivariana a los países de Nuestra América.

En ese contexto se ha venido acentuando la tendencia de los grandes medios privados a convertir sus contenidos, incluida la información, en mercancías, o a realizar un papel de jueces dictando sentencias paralelas y/o pretendiendo ocupar funciones de gobierno o ejercer el papel de la oposición, propio de los partidos políticos, con acciones subversivas para desestabilizar y derrocar a gobernantes surgidos del voto ciudadano en elecciones democráticas, como ocurre aquí en Venezuela.

Hoy como nunca, aquí, en Venezuela, se está evidenciando el antagonismo entre el derecho colectivo del pueblo y los grandes empresarios de la mentira organizada al servicio del imperialismo. De tener que responder al derecho del pueblo a recibir una información verídica, precisa, completa, responsable, objetiva, imparcial, ética, los dueños de los grandes medios y sus periodistas, comunicadores y conductores asalariados estarían sujetos a rendirle cuentas a la sociedad organizada y no podrían disfrutar del derecho a mentir y distorsionar los hechos, desinformando y manipulando a sus audiencias, como lo han venido haciendo en este país los últimos 15 años.
El manual TC-18-01y la subversión en Venezuela

El pasado 30 de abril, el Departamento de Estado dio a conocer su informe anual sobre países patrocinadores de terrorismo correspondiente a 2013. El documento incluyó a Venezuela y Cuba. La doble moral de la diplomacia de guerra de Barack Obama no admite la prueba del ácido. La razón es sencilla: en momentos en que se daba a conocer el informe en Washington, el Pentágono tenía más de 13 mil elementos de las Fuerzas de Operaciones Especiales (FOE) desplegados y realizando misiones subversivas y terroristas en más de 75 países. Las FOE están integradas por unidades de élite del ejército, la infantería de marina y la fuerza aérea estadunidenses, expertos en operaciones de guerra psicológica, actividades clandestinas, desestabilización, sabotaje, espionaje, ataques cibernéticos y asesinatos selectivos.

Las fuerzas FOE responden al Comando de Operaciones Especiales Conjuntas de la Secretaría de Defensa, cuyo cuartel general está en MacDill, Florida, y están adscritas al plan denominado Visión 2020. Pero el plan Visión 2020 no es únicamente militar, tiene un enfoque “multi-agencias”. Es decir, las fuerzas especiales cumplen misiones en estrecha cooperación con la Agencia Central de Inteligencia (CIA), la Agencia de Seguridad Nacional (NSA), el Buró Federal de Investigación (FBI) y la Agencia Antidrogas de Estados Unidos (DEA). Y se apoyan en el Sistema del Terreno Humano −como le llama el Pentágono−, especialistas civiles en áreas de ciencias sociales y políticas, antropología, estudios regionales y lingüística, además de funcionarios, agencias gubernamentales, empresas multinacionales, think tank, centros académicos, fundaciones, organizaciones no gubernamentales e intelectuales orgánicos, que deben preparar las condiciones objetivas y subjetivas y las coartadas propagandísticas para la guerra irregular o asimétrica, y dotar de sus conocimientos a los efectivos militares antes de los despliegues en diversas regiones del orbe.

La Circular de Entrenamiento TC-18-01 de las Fuerzas de Operaciones Especiales, publicada en noviembre de 2010 bajo el título “La Guerra No Convencional (GNC)”, confirma la importancia que el comando supremo del Pentágono confiere a dichas unidades de élite. Según el documento, las FOE están capacitadas para “explotar las vulnerabilidades psicológicas, económicas y políticas de un país adversario, desarrollar y sostener las fuerzas de resistencia (o insurgencia) y cumplir objetivos estratégicos estadunidenses”. Son las únicas fuerzas específicamente designadas para ese tipo de guerra por sus capacidades para “infiltrarse en terreno enemigo”, posibilitar el “desarrollo” y “entrenamiento” de grupos subversivos al servicio de Washington y “coordinar” sus acciones al interior de países hostiles, así como para “coaccionar, alterar o derrocar a un gobierno”.

Los equipos FOE penetran en el área de operaciones, promueven una disidencia subversiva interna, entrenan a sus líderes, les proporcionan la logística necesaria y manejan el guión propagandístico desestabilizador con eje en denuncias de corrupción contra el régimen de turno, que es acusado dictatorial. Desencadenado un conflicto, el objetivo es generar un clima de malestar permanente mediante manifestaciones y protestas violentas (que son cubiertas por los conglomerados mediáticos como “acciones pacíficas”) y se promueven intrigas y rumores falsos, agitando como banderas la defensa de los derechos humanos y la libertad de prensa.

La guerra asimétrica resultó exitosa en Serbia, Ucrania y Georgia, donde, con recursos encubiertos del Pentágono y la CIA canalizados a través de la Agencia Internacional para el Desarrollo (USAID), la Fundación Nacional para la Democracia (NED) y el Instituto Republicano Internacional, y el apoyo de la Open Society de Georges Soros y la Institución Albert Einstein de Gene Sharp, se produjeron las llamadas “revoluciones de colores” o “golpes suaves” de comienzos del siglo XXI.

Pese a los sucesivos afanes desestabilizadores el modelo no ha podido fructificar en Siria, Cuba y Venezuela. En abril se dio a conocer que la USAID diseñó y operó desde 2009 una red de comunicación horizontal vía Internet, ilegal y secreta, denominada ZunZuneo, para impulsar un Twitter cubano y manipular a sectores de la población con mensajes políticos, cuyos objetivos eran generar una disidencia interna y provocar acciones subversivas que llevaran a un “cambio de régimen” en la isla. Inscrita en los parámetros de la Guerra No Convencional (en su variable de guerra cibernética), para evadir las restricciones soberanas cubanas, la operación clandestina incluyó la creación de empresas de fachada en España y contó con financiamiento desde bancos en Islas Caimán. Pero la intentona por desencadenar una “primavera cubana”, fracasó.

Venezuela es otra víctima de una guerra no declarada según los cánones del manual TC-18-01. El objetivo es derrocar al gobierno legítimo de Nicolás Maduro vía un golpe de Estado o una guerra civil que abra las puertas a una “intervención humanitaria” de la OTAN y/o a la injerencia militar directa del Pentágono. La última escalada sediciosa financiada por la CIA, la USAID y la NED cobró alta visibilidad mediática en febrero, cuando partidos y movimientos extremistas de corte neonazi como Voluntad Popular, de Leopoldo López, la ONG Súmate de la desaforada legisladora María Corina Machado y Gustavo Tovar, de la ONG Humano y Libre, llamaron a “salir a la calle sin retorno”, hasta lograr la renuncia o caída del mandatario. La “rebelión de los ricos”, como la llamó el diario inglés The Guardian, fracasó, pero dejó un saldo de 41 muertos.

A manera de conclusión diría que desarrollo de potentes medios de comunicación corporativos que alcanzan centenares de millones de personas en todo el orbe; su instrumentación como parte del proceso de acumulación de ganancias económicas y poder por parte del capital local, nacional y transnacional; la influencia cultural, ideológica y política que éstos tiene en la formación de consensos entre la población son, todos ellos, factores necesarios para ejercer una reflexión crítica y pensar una ética de lucha de los comunicadores/as y periodistas que caminan al lado del pueblo y los trabajadores/as.

La ética de los comunicadores populares y periodistas que promueven los procesos de cambio hacia la justicia social, la democracia participativa y la soberanía de los pueblos, sólo puede ser una ética de lucha que mantenga la unidad a partir del pensamiento crítico; una ética que coadyuve a los procesos de organización social cuyo horizonte estratégico sea el protagonismo popular; una ética que fortalezca la identidad de clase trabajadora, necesariamente incluyente y opuesta al capital, así como una identidad cultural rica y diversa; una ética que reivindique y enseñe −he aquí un proceso educativo− que el camino que ofrece la realización plena es el propio; que la soberanía tiene siempre el costo de la confrontación contra quienes viven de nuestra dependencia y nos plantea el reto permanente de la colaboración y alianza con otros pueblos pues tiene un carácter internacionalista intrínseco.

La visión de conjunto de todo este planteamiento de ética y estrategia, llevado al terreno de Internet, exige −como en otros ámbitos de acción política− un posicionamiento crítico. No podremos alcanzar mejores condiciones de desarrollo para nuestras plataformas de difusión (y colaboración), ni ampliar sus alcances, si las hacemos dependientes de corporaciones capitalistas que concentran grandes cantidades de información de sus usuarios, hacen predicción de comportamiento social a partir de modelos de análisis de los perfiles y las relaciones que establecen sus usuarios; y en última instancia entregan los datos de su usuarios a los órganos de inteligencia del imperialismo estudanidense.

¿Cómo encarar los retos de nuestro despliegue de comunicaciones en Internet? Como señala Enrique Rosas, de la Asociación Internacional Primero de Mayo/Enlace Popular, ampliando estratégicamente nuestras capacidades en ese ámbito con decisiones correctas tendientes al aprovechamiento y apropiación de Software Libre, Hardware y Estándares abiertos y otros bienes comunes libres de restricciones por copyright y patentes, tendiendo puentes de comunicación con los grupos de desarrolladores de Software Libre y Hardware Abierto −que compartan nuestros valores y que entiendan la dimensión global de la transformación social anticapitalista− mediante procesos de colaboración y organización que den cuenta de nuestro interés y respaldo recíproco a sus propios procesos de cambio locales, ampliando la comprensión de las infraestructuras instaladas en nuestros países, instalando nuestros propios servicios (servidores) en dichas infraestructuras y fortaleciendo los equipos técnicos locales políticamente entusiastas con esta ética y cercanos al movimiento social.

Termino. Como decía ayer el canciller Elías Jaua, la conjura mediática y la guerra cibernética sólo se podrán derrotar con la construcción de realidades a través del ejercicio de la política; una política humanista, que priorice al ser humano, al venezolano y la venezolana de a pie, no el interés o el cálculo; una política con eje en la dignidad y la ética. Es decir, como ha ocurrido a los largo de estos fructíferos 15 años, con la construcción y profundización de este proceso de cambio radical de las estructuras injustas de Venezuela; a partir de la conjunción de un gobierno que responde al interés de las mayorías ciudadanas en el marco de una democracia participativa de nuevo tipo y la valentía de un pueblo que ha dicho basta, y habla hoy con voz propia mientras construye su destino. Sepan que si ustedes resisten al tiempo que construyen lo nuevo por venir, están alentando a las distintas formas de resistencia que a lo largo y ancho de Nuestra América adversan al imperialismo y otean los caminos de su liberación definitiva.
Descargue La Circular de Entrenamiento TC-18-01 de las Fuerzas de Operaciones Especiales, publicada en noviembre de 2010 bajo el título “La Guerra No Convencional (GNC)”

Notas

[1] Ver Ana Esther Ceceña, Rodrigo Yedra y David Barrios, Un continente bajo amenaza. Observatorio Latinoamericano de Geopolítica, Quito, Ecuador, 2009.

[2] Ibíd.

[3] Ver Carlos Fazio, “La mentira del Pentágono como arma de guerra”.

[4] Gabriel García Márquez, “El mejor oficio del mundo”. Palabras pronunciadas ante la 52ª. Asamblea de la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP), en Los Ángeles, Estados Unidos, el 7 de octubre de 1996.

[5] Ver Un solo mundo, voces múltiples, más conocido como Informe MacBride, debido a que el coordinador del documento fue el irlandés Sean MacBride.

(Intervención de Carlos Fazio en el Foro “Conjura mundial de los medios contra Venezuela”, celebrado en el Teatro Teresa Carreño, de Caracas, el 5 y 6 de junio de 2014. Tema IV: Redes populares frente al Terrorismo Mediático)

(Tomado de Cubadebate)

La CIA hace oficial su entrada en Facebook y Twitter

La Agencia Central de Inteligencia estadounidense (CIA) desembarcó en las redes sociales, con presencia en Twitter y Facebook.

“No podemos confirmar ni desmentir que este es nuestro primer tweet“, bromea en su estreno en esa red la agencia de espionaje norteamericana, cuya cuenta en poco tiempo tiene ya “más de 120 000 seguidores”, y en el que Descripción lee: “Somos la primera línea de defensa del país“.

En el lapso de pocos minutos, el mensaje fue retuiteado diez mil veces por otros usuarios. Al parecer, la Casa Blanca no tiene nada en contra del Twitter de la CIA. El diario The Washington Post bromeó diciendo que al menos ahora es fácil saber a quién sigue la CIA.

Mismo lema también escribió en la página de Facebook, donde el primer mensaje fue dedicado al Día D, el 70mo. Aniversario del desembarco en Normandía, comienzo del fin de la Segunda Guerra Mundial. “Este es el día -dice el texto- que honramos los valientes estadounidenses que lucharon en un día histórico”.

La CIA refuerza así “su presencia visible en la web, donde ya cuenta” con un portal, y suma las redes sociales, a sus cuenta con un perfil en Flickr y otro en YouTube.

“La agencia quiere ser cada vez más capaz de interactuar directamente con el público y proporcionar información sobre sus actividades y su historia”, dijo el director John Brennan, haciendo hincapié en el compromiso de transparencia total de ese objetado ente.

Nota de Cubadebate: Esto de la entrada de la CIA a las Redes Sociales es pura imagen. Bien sabemos cuánto han estado husmeando nuestras vidas a través de las redes y de las telecomunicaciones en general.

Dice: “No podemos confirmar ni desmentir que este es nuestro primer tweet”

(Tomado de Cubadebate)

10 cosas que no sabíamos antes de que apareciera Snowden

Vivimos ya en la era post-Snowden, pues sabemos que todo lo que se diga o se haga puede ser controlado por los servicios secretos de EE.UU. Estas son las revelaciones de más calado que muestran cómo el espionaje estatal transformó nuestro mundo.

1. Todo lo que haces en Internet puede ser controlado

La Agencia de Seguridad Nacional de EE.UU. (NSA) tiene acceso directo a los sistemas de Google, Facebook, Apple y otros gigantes de Internet. A través de su programa de vigilancia llamado PRISM, la NSA puede acceder al historial de búsqueda, al contenido de los mensajes de correo electrónico, a la transferencia de archivos y a los chats.

2. Lo que haces mientras estas desconectado también se vigila

Según un informe publicado en ‘Der Spiegel’, una división de la NSA llamada ANT posee un tipo de tecnología que incluye un dispositivo de radiofrecuencia capaz de controlar e incluso manipular los datos en computadoras que ni siquiera están conectados a Internet.

3. Los teléfonos móviles en el punto de mira

Verizon y otras compañías telefónicas estadounidenses no ofrecieron mucha resistencia a la hora de rastrear y entregar a la NSA información sobre quién llama a quién, en qué momento, y por cuánto tiempo, entre millones de estadounidenses.

4. Y no solo los teléfonos de EE.UU…

La NSA registra casi todas las llamadas nacionales e internacionales de telefonía en Afganistán y las Bahamas que utilizan un programa llamado SOMALGET. En las Bahamas, por ejemplo, la NSA podía controlar «más de 100 millones de llamadas al día». Las conversaciones telefónicas completas se almacenan durante un máximo de 30 días.

5. Ni siquiera los líderes mundiales son inmunes a la NSA

Algunos líderes mundiales, entre ellos, la presidenta de Brasil Dilma Rousseff y la canciller alemana Angela Merkel, se mostraron indignadas al saber que la NSA estadounidense está monitoreando sus conversaciones telefónicas.

6. El espionaje industrial

«No hay duda de que EE.UU. está involucrado en el espionaje económico», dijo en enero Snowden a la emisora ​​alemana ARD. «Si Siemens dispone de una información que puede ser beneficiosa para los intereses nacionales de Estados Unidos, incluso si no tiene nada que ver con la seguridad nacional, entonces aceptarán esa información» explicó.

7. La NSA se abre camino en el sistema financiero mundial

Usando un programa llamado Proyecto Bullrun, la NSA está librando una guerra contra su mayor enemigo: el cifrado. Según un documento publicado el pasado septiembre, la agencia ya ha eludido gran parte de la encriptación que asegura el sistema bancario y el comercio mundial.

8. Espionaje a través de… Angry Birds
La NSA y su homóloga británica GCHQ desarrollaron la capacidad de acceder a datos personales a través de aplicaciones como el popular juego Angry Birds, que ha sido descargado 1.700 millones veces. Algunos usuarios estaban tan enojados por la noticia que el sitio web del juego Angry Birds fue atacado por piratas informáticos.

9. A la NSA le interesa la actividad sexual de los internautas

Las agencias de inteligencia de EE.UU. recopilaban datos en Internet sobre los hábitos sexuales de los islamistas radicales que navegaban por los sitios pornográficos a fin de desacreditarlos a los ojos de los seguidores. Algunos activistas de derechos humanos aseguran que las acciones de la NSA buscan amedrentar a los usuarios.

10. Olvídese de ligar con webcam… pues quizá esté mirando la NSA

El organismo de inteligencia británico GCHQ interceptó con la ayuda de la NSA imágenes de webcams de millones de usuarios de Internet que no eran sospechosos de ningún delito. Solo en 2008, durante un período de seis meses, la agencia recogió imágenes de cámara web, incluyendo grandes cantidades de comunicaciones con contenido sexual explícito, de más de 1,8 millones de cuentas de usuarios de Yahoo a escala mundial.

(Tomado de RT)

Wikileaks revela que Afganistán es el país más vigilado por Estados Unidos

WikiLeaks reveló que Afganistán está sometido totalmente a la vigilancia de Estados Unidos.

“La NSA ha estado grabando y almacenando casi todas las llamadas telefónicas nacionales (e internacionales) de dos o más países desde 2013″, afirma el informe de WikiLeaks.

El pasado 19 de mayo The Intercept, el sitio de Glenn Greenwald —un periodista que publicó muchas de las revelaciones de Edward Snowden—, publicó un artículo que indicaba que la Agencia de Seguridad Nacional de EE.UU. (NSA, por sus siglas en inglés) intercepta, registra y mantiene archivadas durante un mes todas las llamadas desde móviles realizadas en el territorio de las Bahamas. La información publicada por The Intercept fue proporcionada por Snowden.

“Aunque por razones de protección de la fuente no podemos revelar cómo lo supimos, WikiLeaks confirma que el Estado que fue víctima es Afganistán”, subraya la página de WikiLeaks.

The Intercept subrayó que el Gobierno de EE.UU. afirma que la revelación del país vigilado podría dar lugar a un “aumento de la violencia”. ‘The Washington Post’ y The Intercepción declararon que habían censurado el nombre del país víctima a petición del Gobierno de EE.UU., según WikiLeaks.

Se reveló que las Bahamas es uno de los “dos o más” países que sufren el poderoso programa de la NSA SOMALGET, y que era Afganistán el que estaba escondido bajo la denominación ‘país X’.

Sin embargo el fundador de WikiLeaks, Julian Assange, quien calificó este programa de un “delito permanente de espionaje de masas”, se opuso a la “censura” y decidió denunciarlo a través de WiliLeaks.

El sistema de vigilancia, llamado SOMALGET, forma parte del programa MYSTIC, que, según The Intercept, se dedica también a la vigilancia sobre otros países, como México, Kenia y Filipinas. Pero, a diferencia de estos países, donde la NSA recoge los metadatos de las llamadas telefónicas, en las Bahamas SOMALGET intercepta las llamadas en sí.

(Tomado de RT)

Estados Unidos planea gastar $317 millones para crear un centro de espionaje

Estados Unidos planea invertir 317 millones de dólares para convertir su base militar Croughton en el Reino Unido en su centro de inteligencia más grande en el extranjero.

La información la reveló el diario británico The Independent, que precisó que presuntamente la basa es usada para actividades de inteligencia y ataques con drones.

El centro de inteligencia se ocupará de operaciones secretas en África, reseñó RT.

El año pasado el diario The New York Times, basado en los documentos filtrados por el extécnico de la Agencia de Seguridad Nacional (NSA, por sus siglas en inglés) de Estados Unidos, Edward Snowden, reveló que este organismo espió a 35 líderes mundiales, a través de diversos medios como internet y telefonía.

Los programas más conocidos son Prism y XKeyscore, mediante los cuales la agencia estadounidense ha podido acceder a correos electrónicos, charlas en línea y otros tipos de comunicación de clientes de empresas como Facebook, Google, Microsoft y Youtube.

El presidente estadounidense, Barack Obama, ha reiterado que los servicios de inteligencia norteamericanos continuarán sus labores de espionaje a los Gobiernos extranjeros, pese a las críticas y rechazos que han tenido en todo el mundo debido a que violan la privacidad de las personas y la soberanía de los Estados.

(Tomado de Contrainjerencia)

El Gran Hermano y el Gran Dinero de la Vigilancia bancaron a Obama

Un estudio conducido por AlterNet encontró vínculos financieros entre la Administración Obama y la industria de vigilancia, mientras la Asamblea General de Naciones aprobó -con el voto de los 193 estados miembros- una resolución que rechaza la vigilancia global de EEUU.

Contrariamente a su creencia inicial, a partir de datos crudos proporcionados por la Comisión Federal Electoral y el Servicio de Rentas Internas, los investigadores de AlterNet encontraron que industrias esenciales de la vigilancia fueron firmes partidarias de Barack Obama en la campaña electoral 2012. Estas empresas contribuyeron con Obama en porcentajes iguales o superiores a los de su competidor republicano Mitt Romney.

El estudio, difundido en octubre 2013, evaluó las contribuciones de las empresas y sus ejecutivos mediante la integración de sus aportes como gastos “independientes” y Súper PACs (Political Action Committee, modalidad impositiva que registra donaciones superiores a 1.000 dólares). En la muestra más grande, llamada “de negocio total”, que cubre firmas de todos los tamaños, Romney recibió apoyo del 41 % y Obama aceptó aportes del 24 %.

En la muestra concentrada de grandes empresas –aquellas 350 clasificadas en la lista de la revista Fortune, así como las que figuran entre los 400 Estadounidenses Más Ricos de la revista Forbes- donaron 76% a Romney y 56% a Obama. Estas cifras resultan alarmantes al mostrar que las grandes empresas suelen estar vinculada con el Partido Republicano, sin embargo Obama recibió una cantidad sustancial de ayuda de corporaciones que lo encuentran “sospechoso”.

Según la naturaleza de sus donantes, Obama estuvo por encima de sus niveles medios de apoyo financiero en seis sectores: telecomunicaciones, software, manufacturas web, electrónica, informática y defensa, industrias esenciales para la transformación de la seguridad nacional del Estado y su actual política de vigilancia extensiva.

El fuerte apoyo a Obama proveniente de esas industrias implica que tiene toda la intención de mantener o ampliar las medidas de seguridad nacional y, posiblemente, las de vigilancia. Su administración también tiene un historial de malos tratos de los denunciantes, como el caso de Chelsea Elizabeth Manning (hasta agosto de 2013 Bradley Edward Manning, quien sufrió un trato de prisión ignominioso y fue condenado a 35 años por filtrar a WikiLeaks miles de documentos clasificados sobre las guerras de Afganistán —los Diarios de la Guerra de Afganistán— y de Irak, numerosos cables diplomáticos de diversas embajadas de EEUU y el video del ejército conocido como Collateral Murder [Asesinato Colateral]).

Esta progresión de la seguridad nacional se asocia a menudo con el Partido Republicano y la administración de George W. Bush con la creación de la Ley Patriotica, que extendió las herramientas disponibles para hacer cumplir la ley en los esfuerzos por frustrar terroristas y sus planes, y la doctrina del “ejecutivo unitario” de Dick Cheney, que pone al Presidente en el control de todo el poder ejecutivo. Sin embargo, las contribuciones de las industrias particulares a la campaña de Obama sugieren que la vigilancia es uno de los pocos esfuerzos bipartidistas.

Naciones Unidas desafió a la NSA y a Estados Unidos

Triunfó en Naciones Unidas el primer esfuerzo colectivo internacional por restringir los programas de vigilancia de EEUU y sus agencias de espionaje contra otras naciones. Las actividades de espionaje global de la Agencia de Seguridad Nacional (NSA) condujeron a 21 países -liderados por Brasil y Alemania- a impulsar una resolución que condena esta práctica global de Estados Unidos, finalmente aprobada por la Asamblea General de Naciones Unidas el 18 de diciembre 2013.

Después de varios meses de “tira y afloja” y negociaciones con el propio Estados Unidos –apoyado por el Reino Unido- la resolución contra el espionaje masivo a los ciudadanos y a favor de la privacidad en la era digital recibió el voto unánime de los 193 estados que integran la Asamblea General. En otras palabras, en una nueva muestra de la hipocresía del gobierno de Obama en política exterior, la resolución también fue aprobada por Estados Unidos, el causante de todo el revuelo mundial destapado por Edward Snowden.

Brasil y Alemania presentaron el proyecto de esta resolución después que Snowden revelara que los teléfonos celulares de los jefes (as) de Estado de 35 países fueron espiados por la NSA, entre ellos los móviles de algunos aliados incondicionales como Angela Merkel, de Alemania, y otros más distantes, como Dilma Rousseff, de Brasil.

La resolución contra el espionaje masivo a los ciudadanos y a favor de la privacidad en la era digital invocó el artículo 12 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos y el artículo 17 del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, que recogen el derecho de los ciudadanos a protegerse de esas prácticas.

Los países miembros de la ONU estuvieron profundamente preocupados por las violaciones de los derechos humanos y los abusos que podrían resultar de la conducta de vigilancia o interceptación de las comunicaciones en jurisdicciones extranjeras. La vigilancia ilegal de conversaciones privadas viola también los derechos a la libertad de expresión y la privacidad.

“Reafirmamos el derecho a la privacidad, según el cual nadie debe ser objeto de injerencias arbitrarias o ilegales en su vida privada, su familia, su domicilio o su correspondencia”, dijo la resolución aprobada por unanimidad en el pleno de la Asamblea General.

El texto definitivo de la resolución se estuvo negociando varios meses para obtener la aprobación del propio Estados Unidos. La resolución exhorta a los países a respetar y proteger el derecho a la privacidad, incluso en el contexto de las comunicaciones digitales, tras recordar que los derechos de las personas también deben estar protegidos en internet, incluida la privacidad.

También instó a los Estados a adoptar medidas para acabar con esas violaciones y a crear las condiciones necesarias para impedirlas, cerciorándose de que la legislación nacional se ajusta a sus obligaciones contraídas con el derecho internacional.

La resolución pide a los países examinar sus procedimientos, prácticas y legislación sobre vigilancia e interceptación de las comunicaciones y la recopilación de datos personales, incluidas la vigilancia, interceptación y recopilación a gran escala.

El texto expresa “profunda preocupación” por los efectos negativos que pueden tener para el ejercicio y goce de los derechos humanos la vigilancia y la interceptación de las comunicaciones, incluidas la vigilancia y la interceptación extraterritoriales.

Durante las prolongadas negociaciones se hicieron “algunas concesiones” para acomodar las “preocupaciones” expresadas por varios países, entre otros Estados Unidos y Reino Unido, según dijeron fuentes diplomáticas a la prensa internacional.

El gobierno de EEUU se vio forzado a dar su voto de aprobación para guardar las apariencias, mientras Obama prometía de mala gana algunas reformas a las prácticas de la NSA, criticadas inmediatamente como lesivas para la “seguridad nacional” en la tribuna de los grandes medios informativos que tienen a su disposición los empresarios de la próspera industria de la vigilancia, casi todos ex jefes de la NSA, la CIA, la Dirección Nacional de Inteligencia y otros miembros de la “comunidad de inteligencia”.

La resolución aprobada tiene una gran importancia política mundial, excepto para EEUU. Muestra fisuras en el bloque de los países más ricos del mundo, pero lamentablemente las decisiones de la Asamblea General de Naciones Unidas sólo tienen un valor declarativo, en este caso bastante aportillado por el sabotaje de los grandes medios que ocultaron la noticia. Las resoluciones no tienen fuerza jurídica vinculante, sólo fuerza ética y política, aunque tampoco puedan ser vetadas por ningún país y representan el sentir mayoritario –en este caso unánime- de la comunidad internacional.

El gobierno de Brasil manifestó al día siguiente su “gran satisfacción” por la aprobación de esta resolución contra el espionaje masivo a los ciudadanos y a favor de la privacidad adoptada por la Asamblea General de la ONU.

Un comunicado difundido por la cancillería brasileña aseguró que el consenso de los 193 Estados miembros de la ONU “demuestra el reconocimiento de la comunidad internacional de los principios universales defendidos por Brasil”.

(Tomado de Contrainjerencia)

ONG pide que Estados Unidos negocie con Cuba por Alan Gross

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“Estados Unidos debería negociar directamente con Cuba la liberación del subcontratista norteamericano Alan Gross, y tratar la situación de los tres agentes cubanos detenidos en cárceles estadounidenses”, dijo la influyente organización no gubernamental Washington Office on Latin America (WOLA).

En una nota, WOLA pidió que Washington “dé todos los pasos disponibles para asegurar la liberación de Gross”, incluyendo “el nombramiento de un enviado de alto nivel con poderes para iniciar discusiones con el gobierno de Cuba”.

En esas discusiones, Estados Unidos debe “reconocer los aspectos que interesan al gobierno de Cuba en cualquier negociación, incluido el caso de tres agentes cubanos de inteligencia que se encuentran en cárceles estadounidenses”, según la organización.

WOLA pidió además al gobierno en Washington que “adopte pasos para mejorar el ambiente de negociaciones reduciendo las tensiones generalizadas en las relaciones entre Cuba y Estados Unidos”.

Gross, subcontratado de la Agencia Estadounidense de Ayuda al Desarrollo (USAID), fue arrestado en diciembre de 2009 cuando distribuía en Cuba sofisticados equipos de telecomunicaciones no comerciales y de uso restringido.

Desde entonces, el gobierno cubano ha expresado su interés en mantener negociaciones de alto nivel con Washington para tratar su situación, relacionada con el caso de Los Cinco, de los cuales aún tres (Ramón Labañino, Gerardo Herández y Antonio Guerrero) cumplen injustas condenas en Estados Unidos.

Recientemente, el abogado de Gross, Scott Gilbert, sostuvo en La Habana una reunión de dos horas con el canciller Bruno Rodríguez, quien le habría expresado la disposición de su gobierno a dialogar con Washington sobre su caso, según el equipo de defensores.

(Tomado de CubaSí)