Cuba un hueso duro de roer.

Los yanquis no acaban de comprender que la Revolución cubana es apoyada por la mayoría del pueblo debido a los beneficios sociales, económicos y políticos alcanzados desde 1959, a pesar de las múltiples medidas impuestas por Estados Unidos que afectan directamente a los ciudadanos, con el propósito de que culpen al gobierno y al sistema socialista de las penurias que enfrentan día a día.

Este año 2019 la actual administración de Donald Trump, asesorada por miembros de la mafia terrorista anticubana de Miami, impuso numerosas sanciones a Cuba y a todos aquellos países y entidades comerciales y financieras que mantienen negocios con la Isla, aplicando con saña los principios de la Operación Mangosta, aprobada en febrero de 1962 por el presidente John F. Kennedy, que dicen:

“La operación está dirigida a provocar una rebelión del pueblo cubano. La acción política será apoyada por una guerra económica que induzca al régimen comunista a fracasar en su esfuerzo por satisfacer las necesidades del país, las operaciones psicológicas acrecentarán el resentimiento de la población contra el régimen, y las de tipo militar darán al movimiento popular un arma de acción para el sabotaje y la resistencia armada en apoyo a los objetivos políticos”. Sigue leyendo

Unidos continuaremos luchando por todos y por el bien de todos

Si me preguntaran cuál es el principio que más peso y consecuencias ha tenido en la historia de las luchas por la independencia y la soberanía de la patria cubana, sin duda alguna y en primer lugar, colocaría siempre a la unidad.

Fue esta la palabra convocada por el patricio Carlos Manuel de Céspedes el 10 de Octubre de 1868 cuando liberó a sus esclavos y los llamó a incorporarse a la naciente insurrección popular en busca de conseguir la libertad de la nación oprimida por el yugo español.

Fue también la unidad el cemento que aglutinó a los cubanos de todos los credos y estratos sociales durante casi 10 Años en la manigua inclemente y pletórica de victorias y sacrificios, hasta que su olvido, la ambición individualista, el regionalismo y la sed de poder personal dieron al traste con una de las páginas más gloriosas de la historia nacional.

Sin embargo, fue José Martí el encargado de levantar las banderas de la unidad para salvar el espíritu independentista del pueblo cubano, a partir de una labor titánica para lograr la cohesión de los patriotas, dentro y fuera de la isla, en la preparación de la guerra necesaria, la del 95; organizada en las entrañas de un monstruo que nunca miró con buenos ojos la rebeldía y el empuje redentor de esta tierra antillana.

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#Cuba celebra su hazaña con el empeño de seguir ganando

Arribamos a este 1ro de enero del 2020 festejando como si la Revolución triunfara de nuevo, porque somos continuidad en la decisión de vencer los retos que se nos imponen, como propósito de la inmensa mayoría del pueblo cubano, para proseguir en la edificación la sociedad justa y de igualdad de oportunidades que nos merecemos.

Ahí está el compromiso moral y práctico con el legado de nuestros próceres y la Generación del Centenario, encabezada por Fidel. Un legado que abarca desde la clarinada libertaria de 1868, coronada el día inicial del año 1959, que abrió para el cubano de la época el más amplio universo con el fin de labrar su destino libremente. Sigue leyendo

Presidente de la República califica a los cubanos como vencedores del imposible

Felicitación del Presidente Cubano

La Habana, Cuba, 1ro ene.- El Presidente de la República de Cuba, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, calificó hoy al pueblo de Cuba, desde su cuenta en la red social Twitter, como vencedores de lo imposible.
El mandatario expresó además que «es un buen momento para proponernos otro año de excepcionalidad positiva».

La víspera, Díaz-Canel felicitó al pueblo por el 61 aniversario del triunfo de la Revolución y destacó el video clip «Yo soy el punto cubano», una versión del tema de igual nombre, popularizada por Celina González, esta vez dirigido por Alejandro Pérez e interpretado por David Blanco.

Tomado de Granma.cu.

Fidel es Cuba, #Cuba es Fidel

Quiso el destino, como para alertarnos que solo se trataba de un nuevo viaje hacia otros horizontes de lucha y épica revolucionaria, dotar de gran simbolismo la fecha del fallecimiento del Comandante, ocurrida el 25 de noviembre de 2016, precisamente a 60 años de que el líder de la Revolución Cubana, desafiando todos los imposibles se lanzara al mar desde Tuxpan en el yate Granma junto a sus compañeros, decididos a liberar o entregar sus vidas a la patria.

Desde que comenzó sus luchas en la Universidad de La Habana hasta su último suspiro, Fidel se caracterizó por decir lo que pensaba y hacer lo que decía. El 8 de enero de 1959, el Comandante había señalado en su histórico discurso pronunciado en el campamento de Columbia:

“Sé, además, que nunca más en nuestras vidas volveremos a presenciar una muchedumbre semejante, excepto en otra ocasión —en que estoy seguro de que se van a volver a reunir las muchedumbres—, y es el día en que muramos, porque nosotros, cuando nos tengan que llevar a la tumba, ese día, se volverá a reunir tanta gente como hoy, porque nosotros ¡jamás defraudaremos a nuestro pueblo!”.

Y Fidel jamás defraudó a su pueblo, y esas muchedumbres volvieron a reunirse –multiplicada en millones– a lo largo y ancho de toda Cuba para despedirse y rendirle honores a su líder. Antes de morir, Fidel dejó planteada su última voluntad, no quería ni calles ni monumentos que llevaran su nombre, toda una lección de vida y expresión de la cualidad más extraordinaria que puede llevar en sí un revolucionario: la sencillez, donde descansa la verdadera grandeza.

Meses antes, el 19 de abril, el Comandante había hecho su última intervención pública en el 7mo Congreso del Partido, palabras que aun hoy nos estremecen al leerlas o escucharlas. Fue una especie de despedida, pero para nada luctuosa, sino cargada de espíritu de victoria:

“Pronto deberé cumplir 90 años, nunca se me habría ocurrido tal idea y nunca fue fruto de un esfuerzo; fue capricho del azar. Pronto seré ya como todos los demás. A todos nos llegará nuestro turno, pero quedarán las ideas de los comunistas cubanos como prueba de que en este planeta, si se trabaja con fervor y dignidad, se pueden producir los bienes materiales y culturales que los seres humanos necesitan, y debemos luchar sin tregua para obtenerlos. A nuestros hermanos de América Latina y del mundo debemos trasmitirles que el pueblo cubano vencerá.

Tal vez sea de las últimas veces que hable en esta sala. He votado por todos los candidatos sometidos a consulta por el Congreso, y agradezco la invitación y el honor de escucharme. Los felicito a todos y, en primer lugar, al compañero Raúl Castro por su magnífico esfuerzo.

Emprenderemos la marcha y perfeccionaremos lo que debamos perfeccionar, con lealtad meridiana y la fuerza unida, como Martí, Maceo y Gómez, en marcha indetenible”.

Así fue Fidel hasta los últimos minutos de su vida, un luchador incansable en pensamiento y en acción, dispuesto a entregar toda su existencia a la causa de los humildes de este mundo, a la emancipación humana de todas las dominaciones y discriminaciones posibles. Martiano hasta la médula, asumió el marxismo y el leninismo desde esa profunda raíz cubanísima y lo enriqueció desde una práctica política original y antidogmática.

Fue un estadista político de talla universal, pero también un ser desbordado de sensibilidad humana. “Revolución es ser tratado y tratar a los demás como seres humanos, nos dijo en su concepto de Revolución”, y él mismo practicó ese principio durante toda su vida con la gente de pueblo, sus colaboradores y toda persona que se le acercaba con algún problema personal. Valoraba siempre la singularidad de cada ser humano, con sus defectos y virtudes, pero potenciando siempre éstas últimas en función de la Revolución.

Supo ser ético hasta con el adversario desde sus luchas en la Sierra Maestra. Y es que Fidel no concebía la política sin ética. Diez administraciones estadounidenses intentaron todo por derrotarlo y hasta eliminarlo físicamente y todas terminaron en el más rotundo fracaso. Soñaron con la solución biológica y lo que obtuvieron fue un Fidel multiplicado en millones, un Fidel hecho pueblo. Confió siempre en la juventud como garantía de la continuidad de la Revolución y asignó a ella grandes tareas.

Su pensamiento antiimperialista, anticolonialista, antirracista, internacionalista y ambientalista, serán por siempre banderas para las luchas presentes y futuras de los movimientos y fuerzas progresistas y de izquierda en el mundo. La historia no solo lo absolvió, sino que le abrió las compuertas para que a su paso dejara una constelación de ideas, hechos y realizaciones concretas que constituyen ya referentes ineludibles y permanentes para los revolucionarios de todo el orbe.

Fidel devolvió el orgullo y la dignidad a los cubanos, dirigió no solo una Revolución que garantizó una más justa distribución de las riquezas, sino que produjo en pocos años una profunda revolución cultural que llegó hasta el nivel del sentido común de los ciudadanos. Colocó a Cuba en el mapa mundial, y a la vez con su liderazgo contribuyó a modificar en favor de la independencia y las ideas progresistas la geografía de otras importantes regiones del mundo. Sin duda, uno de los mayores legados de Fidel, fue haber logrado tejer con paciencia y sabiduría la unidad de las fuerzas revolucionarias, antes y después del triunfo, de cuyo fruto nació nuestro glorioso Partido Comunista de Cuba.

Fidel se rebeló y practicó la herejía frente al imperialismo estadounidense, pero también frente a los imposibles, los dogmas, las verdades establecidas y el derrotismo. Irradiaba confianza y optimismo en la victoria. Mientras más difíciles eran las circunstancias más férrea se mostraba su voluntad de lucha. Sabía convertir el revés en victoria y el imposible en infinita posibilidad. El sentido del honor, el patriotismo y apego a los principios eran para él cuestión de vida o muerte. Concebía el socialismo como la ciencia del ejemplo personal. Sabía abordar cada coyuntura con flexibilidad táctica, pero sin perder la hoja de ruta hacia el destino estratégico. Manejaba todos los temas y situaciones teniendo en cuenta hasta el más mínimo detalle. Fue, sin duda, un maestro en el arte de hacer política.

El Comandante, el Jefe, El Caballo, Caguairán, así nos referimos a quien no concebía la derrota mientras había posibilidad de luchar, a quien nos enseñó a resistir, pero sobre todas las cosas nos enseñó a vencer.

Todo esto y más nos legó Fidel, de ahí que podamos explicarnos porque resulta casi imposible hablar de Cuba hoy sin hablar de Fidel, como imposible encontrar algún esfera de la vida interna y proyección internacional de la Mayor de las Antillas, donde no esté la huella de Fidel. Fidel es Cuba, Cuba es Fidel, y eso lo palpamos sobre todo cuando viajamos a otros países y vemos lo que representa el ejemplo de esta isla rebelde y quien fue su timonel durante más de cinco décadas. Como expresara el más fidelista de los cubanos, el General de Ejército, Raúl Castro, desde el año 1959:

“Fidel está dondequiera que se trabaje, Fidel espiritualmente está dondequiera que la Revolución avance. Fidel está dondequiera que una intriga se destruya, dondequiera que un cubano se encuentre laborando honradamente, dondequiera que un cubano, sea el que fuere, se encuentre haciendo el bien, dondequiera que un cubano, sea el que fuere, esté defendiendo la Revolución, allí estará Fidel”.

A pesar de los grandes retos y amenazas que enfrenta hoy la Revolución, nuestra patria sigue en pie, dando pasos sólidos hacia el perfeccionamiento de nuestro modelo socialista de desarrollo. Ahí está Raúl, ahí está Díaz-Canel, nuestro Partido Comunista de Cuba, nuestros trabajadores, nuestras mujeres, nuestros jóvenes, nuestros pioneros, nuestras organizaciones políticas y de masas, nuestra amplia, activa y diversa sociedad civil, ahí está el heroico pueblo de Cuba, resistiendo, luchando, creando y venciendo. Mientras esa continuidad creativa y renovadora esté presente, ahí estará por siempre Fidel.

Tomado de Cuba por Siempre.

#Cuba, Hemos dado una lección de resistencia

 

f0147991[1].jpgFoto: Juvenal Balán

Como sumamente alentador e impresionante calificó el Presidente de los Consejos de Estado y de Ministros, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, la respuesta recibida de nuestro pueblo a la invitación a Pensar como país, ante la situación coyuntural vivida por la nación en las últimas semanas ante la baja disponibilidad de combustible, provocada por los renovados intentos del Gobierno de EE. UU. de destruir a la Revolución Cubana.

Ante los diputados a la Asamblea Nacional del Poder Popular, el mandatario cubano señaló que emociona constatar la clara sintonía entre lo que el Gobierno se ha propuesto hacer y lo que la ciudadanía demanda, porque el país que queremos es el mismo.

«No es obra de la casualidad. Es el fruto de años de debates y búsquedas de los caminos más firmes para que transite nuestro socialismo, en consulta con el pueblo. Las discusiones sobre la Constitución y sobre los modos más proactivos de enfrentar el cerco externo y las trabas internas, han aportado mucho a esa sintonía, que es parte de nuestra historia revolucionaria», expresó Díaz-Canel.

El Presidente cubano destacó también la importancia, en circunstancias de contingencia energética, de no tocar las reservas, de apelar a la creación, de recopilar experiencias y de que el ahorro se convierta en un elemento fundamental.

Resaltó, además, la potencialidad de la dirección en esta etapa y la comprensión del pueblo, que advirtió desde el primer momento que la situación de desabastecimiento de combustible en el país fue causada por la hostilidad del Gobierno de Estados Unidos contra Cuba.

«De esta etapa salimos más fortalecidos y con mayor capacidad organizativa. Enfrentamos la situación, encontramos soluciones y nos preparamos para el futuro. Los jóvenes aportaron un caudal de energía e informamos oportunamente a la población, contando con el pueblo, como nos enseñó Fidel.

«Hoy hay que trabajar distinto porque estamos viviendo tiempos distintos. Hoy somos mejores revolucionarios y mejores ciudadanos. Hemos dado una lección de resistencia», manifestó Díaz-Canel.

Organizaciones contra Cuba se tragan su propio veneno.

veneno[1]

 

Organizaciones creadas y/o financiadas por Estados Unidos en su guerra no convencional contra la Revolución cubana, se han tenido que tragar su veneno al ver como la Unión Europea fortalece sus relaciones con Cuba, después del fracaso de la llamada Posición Común, aplicada en 1996 a propuestas del lacayo de Miami, el ex presidente español José María Aznar, como parte de las acciones que impusieron los yanquis para estrangular económicamente a Cuba.

La resistencia y unidad del pueblo cubano entorno a su Revolución, demostró con creces la manipulación mediática con la que pretendían fabricar una falsa imagen de violaciones de los derechos humanos en la Isla, algo que el gobierno estadounidense intenta manejar para justificar sus actos criminales contra el pueblo cubano, como son las guerras económica, comercial, financiera y biológica, las presiones y el chantaje político contra otros gobiernos que tienen relaciones con Cuba y los actos de terrorismo ejecutados por la CIA, incluidos los planes de asesinato a Fidel Castro, en violación total de los derechos humanos.

Al no poder destruir el sistema socialista en Cuba y constatar el avance de la Revolución, el bloque europeo reconoció tácitamente el fracaso de su Posición Común y en 2016 firmó con La Habana el primer pacto bilateral que entró en vigor provisionalmente en noviembre de 2017, hecho que provocó los chillidos de quienes se oponen a que Cuba se iguale al resto de los países latinoamericanos, donde las violaciones de los derechos humanos son cotidianas. Sigue leyendo

¿Por qué #Cuba resiste ante el bloqueo de #EEUU?

Luego de la desaparición de la Unión Soviética y del campo socialista, Cuba tuvo que enfrentar la más severa de las situaciones económicas de su historia.

Con el fin de destruir a la Revolución, Estados Unidos recrudeció aún más su criminal bloqueo. Nuestro país quedó prácticamente solo, fueron años muy duros, de enormes carencias, pero el pueblo y su gobierno supieron sortear los más complejos escollos.

Contrario a las apuestas de los enemigos de la Revolución, Cuba no sólo resistió de pie, sino que venció las adversidades y creció con talento y creatividad, sin perder la esperanza ni la solidaridad.

El bloqueo ha sido y es no sólo el principal obstáculo al desarrollo de la nación, sino también la mayor causa de sufrimientos para toda su población. Ante tanta crueldad, Cuba ha sido creativa y ha resistido firmemente los embates del peor de los cercos económicos, que ha pretendido asfixiar al país.

Salud cubana frente al bloqueo

La preocupación por la salud, la formación educativa, la puesta en marcha de decenas de programas culturales, deportivos y científicos, y, sobre todo, la contribución solidaria de médicos y otros profesionales a los rincones más lejanos de todo el mundo, han ratificado la esencia humanista de la Revolución cubana en las más difíciles circunstancias.

Los cubanos hemos llegado hasta aquí, bloqueados, resistiendo carencias, víctimas de una cruel asfixia económica impuesta desde Washington; pero convencidos de que es posible, desde Cuba, construir un país mejor para nuestros hijos.

El mayor desafío está en preservar la unidad de la nación, porque ante el mundo, el bloqueo ya fue vencido con una dignidad y resistencia inigualables.

¿Por qué bloqueo y no embargo?

¿Por qué bloqueo y no embargo?

En el propio año 1959 Washington inició sus acciones para derrocar a la Revolución cubana, operaciones que fueron escalando hasta convertirse en un bloqueo total encaminado a la asfixia económica, puesto en vigor desde febrero de 1962.

Un año antes, el 3 de enero de 1961, Estados Unidos rompió relaciones diplomáticas con Cuba. El 31 de marzo de ese año, el Presidente John F. Kennedy suprimió totalmente la cuota azucarera cubana en el mercado norteamericano y el 3 de febrero de 1962, mediante la Orden Ejecutiva Presidencial 3447, se implanta oficialmente el bloqueo total contra Cuba.

Inversamente a lo que opinan y manipulan algunos, las acciones ejercidas contra Cuba por sucesivas administraciones estadounidenses no se enmarcan en la definición de “embargo”. Por el contrario, trascienden éste y tipifican como “bloqueo” al perseguir el aislamiento, la asfixia y la inmovilidad de la nación, con el perverso propósito de ahogar a su pueblo y llevarlo a claudicar de su decisión de ser soberano e independiente.

“El bloqueo es un acto de guerra”, este es un principio aceptado en el Derecho Internacional desde la Conferencia Naval de Londres, de 1909. Sin embargo, desde el 3 de febrero de 1962, cuando el presidente John F. Kennedy estampó su firma, los continuos inquilinos de la Casa Blanca, tanto republicanos como demócratas, ratificaron la ilegal política bajo el manido y falso pretexto de que es un “asunto bilateral”.

La Ley Torricelli promulgada en 1992, reforzó las medidas económicas contra Cuba y brindó sustento normativo a la extraterritorialidad del bloqueo. Cuatro años después, en 1996, se puso en vigor la Ley Helms-Burton, con el objetivo esencial de obstaculizar y desestimular la inversión extranjera en la Isla, así como internacionalizar el bloqueo.

Una pieza del pasado que recrudece la Casa Blanca

 Principales cambios anunciados por Trump en la Directiva presidencial

La adopción por el presidente Donald Trump del “Memorando Presidencial de Seguridad Nacional sobre el Fortalecimiento de la Política de EE.UU. hacia Cuba”, el 16 de junio de 2017, que refrendó entre sus objetivos el recrudecimiento del bloqueo contra la Isla, representó un serio retroceso a las relaciones bilaterales con Cuba.

Desde entonces, las regulaciones y disposiciones emitidas por los Departamentos de Tesoro, Estado y Comercio de los Estados Unidos, han impuesto trabas adicionales a las limitadas oportunidades del sector empresarial de Estados Unidos en Cuba y han restringido, aún más, el derecho de los estadounidenses a viajar a la Isla vecina.

La puesta en vigor de estas sanciones ignora el apoyo mayoritario de la opinión pública estadounidense, de la comunidad internacional y de una buena parte de la emigración cubana en el norteño país al levantamiento del bloqueo y a la normalización de las relaciones entre los dos países.

El fortalecimiento de la aplicación extraterritorial del bloqueo ha sido otra de las manifestaciones distintivas del endurecimiento de esta política, con marcada incidencia en las relaciones financieras y crediticias internacionales de Cuba.

El bloqueo constituye una violación masiva, flagrante y sistemática de los derechos humanos de todo el pueblo cubano y califica como acto de genocidio, en virtud de la Convención para la Prevención y Sanción del Delito de Genocidio de 1948. Es violatorio de la Carta de las Naciones Unidas y el Derecho Internacional, y constituye un obstáculo para la cooperación internacional.

El escenario actual es muy complejo, pero Cuba reitera que jamás hará concesiones inherentes a sus principios de independencia y soberanía. Si el bloqueo no es levantado, los cubanos seguiremos construyendo el país aún en las más difíciles circunstancias, porque este pueblo hace mucho tiempo que venció a esa absurda política de Washington.

En Radio Rebelde

Cuba convoca al Encuentro Antimperialista de Solidaridad, por la Democracia y contra el Neoliberalismo

Por Nuria Barbosa

Para debatir sobre la necesaria articulación entre los movimientos, organizaciones y grupos, cuyos ejes de lucha son el enfrentamiento al imperialismo, el Capítulo Cubano de los Movimientos Sociales convoca al Encuentro Antimperialista de Solidaridad, por la Democracia y contra el Neoliberalismo, del 1ro. al 3 de noviembre en el capitalino Palacio de Convenciones. Sigue leyendo

Raúl Castro: No renunciaremos a ninguno de nuestros principios

Nuevamente se ha conformado un escenario adverso y otra vez resurge la euforia en nuestros enemigos y el apuro por hacer realidad los sueños de destruir el ejemplo de Cuba. No será la primera vez, ni tampoco la última, que la Revolución cubana deberá enfrentar retos y amenazas. Hemos corrido todos los riesgos y resistido invictos 60 años.

Para nosotros, igual que para Venezuela y Nicaragua, está muy claro que se estrecha el cerco y nuestro pueblo debe estar alerta y preparado para responder a cada desafío con unidad, firmeza, optimismo y fe inquebrantable en la victoria.

Luego de casi una década de poner en práctica los métodos de guerra no convencional para impedir la continuidad o frenar el regreso de gobiernos progresistas, los círculos del poder en Washington patrocinaron golpes de Estado, primero uno militar para derrocar en Honduras al presidente Zelaya y más adelante acudieron a los golpes parlamentario-judiciales contra Lugo en Paraguay y Dilma Rousseff en Brasil. Sigue leyendo