Hace poco se hicieron virales en redes sociales las imágenes de unos bustos de Martí empapados en una sustancia viscosa y roja. Aquel acto de vulgar vandalismo, perpetrado por los delincuentes Panter Rodríguez Baró y Yoel Prieto Tamayo, pronto provocó la repulsa de la inmensa mayoría de cubanos dentro y fuera de la Isla.
Los culpables fueron detenidos con celeridad y pronto confesaron con lujo de detalles. Su rimbombante actuación, que soñaban fuera un largometraje, resultó ser apenas un corto: en apenas días, los vándalos fueron descubiertos y apresados.