Para los que hemos vivido las experiencias de las actuaciones de los gobiernos norteamericanos en sus ‘’soluciones’’ para resolver situaciones en su interés en Latinoamérica o en cualquier rincón del mundo es necesario poner el máximo de atención en lo que está sucediendo en nuestra hermana República Bolivariana de Venezuela.
Sabiendo lo sucedido para imponer al Sha de Irán en ese país, en las pasadas décadas, así como en la Guatemala de Arbenz, en el Chile de Allende o antes en nuestro territorio nacional cubano, no es de extrañar cómo se va moviendo la maquinaria informativa y los lacayos del imperio como la Organización de Estados Americanos- OEA- encabezada en la actualidad por el fiel servidor imperial Luis Almagro, para promover la justificación a una intervención contra el gobierno soberano elegido por el pueblo venezolano.
Se presentan los enfrentamientos en las calles por parte de grupos de provocadores, alentados desde otros países, y muchas veces pagados a través de organizaciones para desarrollar la ‘’democracia’, con el beneplácito de la sede diplomática yanqui, que cumple con su misión de aupar la subversión política y así lograr sus deseos de dominio en este país.
No debemos olvidar que Venezuela , según Estados Unidos es un’’ peligro para su Seguridad Nacional’’, y en el rió revuelto ganancia de pescadores. La situación internacional plena de conflictos de alta peligrosidad como en la península coreana , o en las arenas de Siria, mantiene los ojos del mundo en esa dirección, desvía la atención de los problemas que tenemos más cerca y crea las condiciones propicias para entretenernos con el muy real peligro nuclear, mientras sus lacayos operan en este lado del mundo en función de los intereses de Washington, que no son otros que el derrocamiento del presidente Nicolás Maduro y por ende la desaparición de la Revolución Bolivariana.
Los revolucionarios de América Latina y el Caribe no podemos dejar pasar inadvertido el peligro real que se cierne sobre la patria de Bolívar. Debemos estar prestos a responder adecuadamente a las pretensiones hegemónicas del gigante norteño.
No dejemos pasar un nuevo suceso de dolor y abuso contra uno de nuestros hermanos agredidos y perseguidos por la gran prensa tarifada, para que no logren consumar sus propósitos.
Golpeando el Yunque 